Etapa 11: Alula - Yanbu

Los prototipos que corren el Dakar, al igual que los coches de calle, han evolucionado para rebajar su gasto y emisiones. El Audi RS Q e-tron y su mecánica híbrida enchufable son ahora la nueva referencia en eficiencia.

Peso, aerodinámica y motor. Son los tres factores que más influyen en el consumo de cualquier automóvil, ya sea de calle o de carreras. El factor motor, eso sí, se subdivide a su vez en otras variables como la cilindrada, la potencia y el tipo de mecánica (atmosférica o sin turbo, sobrealimentada o con él, híbrida…).

Para profundizar en cómo ha mejorado el consumo de los coches del Dakar vamos a tomar como referencia el Audi RS Q e-tron que, por su mecánica electrificada, es la propuesta más eficiente de las inscritas en la edición 2024 de este exigente raid.

El peso del prototipo de Audi, como el de todos los vehículos 4x4 de la categoría superior, se fija en un mínimo de 2.100 kilos. Pero el nuevo modelo presenta una aerodinámica un 15% mejor que la del 2023, y este avance es el primero que permite empezar a rebajar el consumo, sobre todo en las pistas de tierra y las zonas más rápidas.

El prototipo de Audi consume hasta un 40% menos frente a los de mecánica convencional.
El prototipo de Audi consume hasta un 40% menos frente a los de mecánica convencional.

Propulsión electrificada

El Audi RS Q e-tron incluye una mecánica híbrida enchufable, aunque diferente a lo habitual. Reúne dos motores eléctricos, uno por cada eje de ruedas, que son los encargados de mover el vehículo y se alimentan de una batería con una capacidad de 52 kWh.

Pero, como la batería no puede proporcionar la autonomía necesaria para completar las etapas, que superan en algunos casos los 570 kilómetros cronometrados y los 870 totales (sumando los tramos de enlace), se añade un motor de gasolina que funciona a modo de generador y se utiliza para recargar el acumulador en marcha.

El motor de gasolina, un 2.0 turbo, se alimenta con un combustible sostenible creado a partir de residuos. Y, según Audi, gracias a este carburante más limpio las emisiones de CO2 se reducen hasta un 60% en comparación a si se moviera con un combustible tradicional.

Pero hay más detalles técnicos que contribuyen a reforzar la eficiencia, como la ausencia de conexión física o eje de transmisión entre los motores eléctricos delantero y trasero, porque la electrónica se encarga de repartir la potencia y así se logra reducir el peso y evitar las pérdidas causadas por el rozamiento de los elementos móviles.

Extensor de autonomía

Como no tiene que mover el coche, sino cargar la batería, el propulsor de gasolina funciona en modo generador, a un régimen constante de entre 4.500 y 6.000 revoluciones que maximiza el rendimiento. Se alimenta de un depósito con 340 litros de capacidad, el máximo que permite el reglamento, que equivale a unos 300 kilos de peso.

Carlos Sainz
Carlos Sainz.

La batería, por su parte, pesa 370 kilos, por lo que el prototipo de Audi dedica casi 700 kilos de los 2.100 totales a acumular la energía necesaria para poder completar las etapas. Sin embargo, y al contrario de lo que pudieran sugerir estas cifras, su compleja mecánica sobresale por su eficacia y rendimiento (relación entre prestaciones y consumos) y gasta hasta un 40% menos que los prototipos equivalentes con mecánica convencional.

La potencia y la velocidad están fijadas asimismo por la normativa de la carrera, a un máximo de 383 CV y 170 km/h, respectivamente, pero las aceleraciones sí dan una idea del potencial que recoge el vehículo: puede acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos sobre terreno suelto o deslizante, como la arena del desierto.

Los consumos de los coches de carreras

Un Fórmula 1 es el modelo de competición con mejor rendimiento, porque reúne una mecánica híbrida de unos 1.000 CV, pesa 750 kilos y desarrolla prestaciones de vértigo (0 a 200 km/h en 4 segundos y más de 340 km/h). Pero, a lo largo de la carrera, logra consumir poco más de 30 litros cada 100 kilómetros.

Un WRC o coche de rallies tiene también mecánica híbrida, pero, a pesar de su menor potencia (380 CV sostenidos y hasta 520 CV durante unos segundos) gasta más, pudiendo llegar a los 50 litros cada 100 kilómetros cuando completan un tramo rodando a fondo. El peso ronda los 1.230 kilos.

El Audi del Dakar 2024, por su parte, equipa la citada mecánica híbrida enchufable, rinde 383 CV, pesa 2.100 kilos y, por su exceso de kilos y aerodinámica menos eficaz, puede subir hasta unos 60 o 70 litros/100 km al circular a tope en los tramos más exigentes, como los mares de dunas, por ejemplo, que exigen un esfuerzo extra a la planta motriz.

Pero el avance ha sido considerable, porque hace apenas siete años, los vehículos de la categoría superior del Dakar incluían motores turbo (de gasolina y diésel), tenían depósitos de hasta 500 litros y consumían cerca de 90 o 100 litros cada 100 kilómetros.