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Pleno al 15 en Valdebebas: el Tenerife amplía su racha con un 1-3 al Castilla

El equipo blanquiazul derrota al filial del Real Madrid, en el estadio Alfredo Di Stéfano, con un doblete de Jesús de Miguel y un tanto de Álvaro González. Los de Cervera llegan al descanso con un 0-3. El local Roberto pone fin a la racha de imbatibilidad.

Partido de Primera RFEF Real Madrid Castilla-CD Tenerife

Partido de Primera RFEF Real Madrid Castilla-CD Tenerife / Agencia LOF

Julio Ruiz

Santa Cruz de Tenerife

Andaba el filial del Real Madrid enfrascado en su fútbol veloz y preciso, en su toque constante y orientado al ataque. Evolucionaba como ningún otro rival hasta ahora, metiéndole una marcha más al juego que los otros, que el Guadalajara, el Mérida, el Pontevedra y el Orense, recuperando con agilidad y dominando la posesión, llegando antes que los blanquiazules a cada cruce e incluso poniendo en aprietos a la defensa y al portero. Estaba en eso el Castilla cuando Dani Martín sacó largo hacia el campo contrario y Joan Martínez falló en el despeje, abriendo un pasillo para que Jesús de Miguel se plantara solo delante de Javi Navarro –mérito del delantero al seguir la jugada–. Así, como quien aplasta un castillo de cartas, el Tenerife sacó a relucir su pegada y desmontó las buenas intenciones de su oponente. De Miguel no dejó pasar la ocasión y batió al guardameta poco después del cuarto de hora (0-1). Sin más, el equipo de Cervera se encaminó hacia su quinto triunfo en el mismo número de jornadas de Primera RFEF. De hecho, antes del descanso ya había resuelto ese pleno al 15. Porque Álvaro anotó el 0-2 en el minuto 36, al cabecear un saque de esquina ejecutado por Nacho –con pantalla de Alassan y León– y De Miguel –suma seis tantos– amplió la diferencia al borde del descanso culminando una maniobra dentro del área con un recorte aJoan –fue relevado en el intermedio– y un golpeo medido con la pierna derecha

La segunda parte

¿Se puede sufrir para terminar de cerrar un partido que se pone tan de cara? Por lo visto en Valdebebas, sí. El Castilla, con todo perdido, siguió a lo suyo e insistió en el intento de recortar diferencias. Y fue metiendo en su área a un Tenerife que no terminó de gestionar de la mejor manera su situación de ventaja. Y eso que De Miguel abrió la reanudación con otro mano a mano que no pudo transformar en gol (49’). Su toque raso al palo más alejado salió un poco desviado.

Ese zarpazo marcó la teórica pauta a seguir dentro de los planes de Cervera: fortaleza atrás y ruptura para sorprender al contragolpe, aprovechando los espacios dejados por el Castilla, y anotar más goles. Todo, con 0-3. Seguramente por eso, potenció el frente de ataque con César –como extremo– y Noel por Alassan y Enric.

Pero fue a partir de ahí cuando los problemas se le empezaron a acumular al Tenerife. No tenía el balón y tampoco metía miedo al contragolpe –Noel lo intentaba, pero sin encontrar o ver apoyos suficientes–, y quedó expuesto, demasiado dependiente de su solidez defensiva, una fortaleza que duró lo que duró. En el minuto 59, Dani Martín frenó al Castilla sacando la mano para desviar un remate picado de Zúñiga –Aitor se encargó de alejar el peligro–, pero no pudo evitar el primer y único tanto local en el 67’, obra de Roberto Martín con un remate ajustado al poste. El canterano blanco le había quitado antes el balón a Juanjo Sánchez, falto de contundencia en esa acción. Sin pensarlo dos veces, armó el disparo al borde del área y puso fin a la racha de imbatibilidad isleña :427 minutos.

Una defensa de cinco

Para reactivar al Tenerife, Cervera sustituyó a Juanjo por Javi Pérez y organizó una defensa de cinco jugadores: César, Álvaro, José León, Ander Zoilo y David. No convenía facilitarle la tarea a un Castilla entusiasmado por el resquicio que había descubierto en un partido que ya parecía decantado (1-3).

Pero el Tenerife tampoco pudo domar así al filial del Real Madrid. La prueba estuvo en la intervención de Dani Martín, salvador una vez más, en un intento de César Palacios. Paradón del asturiano en el 75’ para que su equipo le diera otro mordisco al cronómetro y mantuviera la renta de dos tantos.

Con Calavera y Cris Montes en el campo desde el minuto 85, por Nacho Gil y De Miguel, el Tenerife trató de aplicarse a fondo para esquivar nuevos sobresaltos. Esa era la prioridad, apagar el ímpetu local y amarrar el triunfo. Aún así, el Castilla perseveró y le volvió a dar trabajo a Dani Martín, esta vez con un remate de cabeza de Jacobo en el área pequeña. El alivio quedó suspendido durante unos instantes por la revisión de una supuesta falta de León a Zúñiga en el posterior despeje, a petición de Álvaro Arbeloa. ¿Penalti? Pero el árbitro se giró tras mirar el monitor moviendo los brazos en horizontal, en señal de que no había habido infracción. Tampoco la detectó en la primera mitad, en otro FVS solicitado por el Castilla a raíz de una supuesta entrada dura deGil a Joan en zona de nadie, lejos del balón. El deseo del equipo blanco de que el extremo valenciano fuera castigado con tarjeta roja directa se esfumó por la insuficiente variedad de repeticiones ofrecidas en el monitor. El mini VAR tiene sus defectos.

A esas alturas, cuando apenas habían transcurrido 8 minutos, Dani ya había entrado en escena con un brazo extendido cerca del larguero para desviar un balón lanzado por Bruno de falta directa.

No por casualidad

El Castilla había empezado el partido con decisión y se estaba sintiendo superior a un Tenerife aparentemente desconectado. En su origen, el encuentro dio señales de poner en riesgo la imponente trayectoria de los blanquiazules, más por mérito del filial que por otra cosa. Pero pasó lo mismo que en las cuatro jornadas anteriores. Un gol en el segundo remate a puerta –el primero, de Jesús de Miguel, fácil para el portero–. Máxima eficacia en el área rival. Y eso es tener mucho terreno conquistado para un Tenerife que sigue demostrando que no es casualidad que sea el líder del Grupo 1 de Primera RFEFcon 15 puntos de 15 posibles –no enlazaba cinco victorias desde 2003–. Ni que se imponga con tanta autoridad, aunque deba activar el modo sufridor en algunas fases de los partidos, que tampoco viene mal para tomar nota para las siguientes citas. Y sí, alguna vez tendrá un mal día, sufrirá un tropiezo. Ya se descubrirá de qué manera, porque, visto lo visto, el Tenerife parece intratable para unos rivales que ya no saben qué hacer para hacerle frente. La cuestión, como recuerdan constantemente el entrenador y los futbolistas, es que dure, que la marea no se transforme en desierto, que cada jornada sea una menos para cruzar la meta del ascenso. Al tiempo.

Vía: El Día - La Opinión de Tenerife