Leo Messi endulza las Navidades azulgranas

Josep Capdevila

Josep Capdevila

El derbi de este domingo en el Camp Nou se presentaba como uno de los más igualados de los últimos años. El Barça no se puede decir que pasase por sus mejores momentos y el Espanyol, por el contrario, después de unos inicios de temporada más que discretos, en las últimas jornadas había conseguido buenos resultados basándose en un gran trabajo defensivo que hacía que fuese muy difícil que se le marcara un gol.

El Barça afrontaba el encuentro con la única baja de Mathieu, mientras que el Espanyol tenía tres ausencias, una de ellas muy importante para su trabajo defensivo. Sin Víctor Sánchez, Quique Sánchez Flores tuvo que recurrir a un Javi López prácticamente inédito en los últimos partidos para cubrir el lateral derecho. En el Barcelona, la novedad en el once inicial era la presencia de Denis Suárez en lugar de un Ivan Rakitic muy irregular últimamente y que, además, llegaba algo tocado a este encuentro.

Desde el primer minuto se vio a un Barcelona dominador y a un Espanyol muy bien ordenado detrás, pero que tampoco se puede decir que renunciase a tener el balón y buscar la portería de Ter Stegen. La posesión del balón era claramente del Barça pero la realidad es que en los primeros 45 minutos las mejors ocasiones llegaron en jugadas a la contra. La primera la vimos a los 6 minutos, en un contraataque con el tridente como protagonista: contra de Luis Suárez, que combina con Neymar que se la da a Messi para que chute y el balón se estrelle en el lateral de la red de la portería de Diego López.

El orden defensivo del Espanyol solo se podía romper con alguna genialidad. Y cuando hablamos de genialidades, tenemos que hablar de Andrés Iniesta. Ya nos había ofrecido unos minutos antes un control estratosférico pero fue en el minuto 17 cuando mandó un pase sensacional de 50 metros para que Luis Suárez corriera, superase a Diego Reyes y batiese a Diego López con un disparo cruzado a la salida del portero. Era el 1-0 que hacia justicia a un Barça que, sin grandes alardes, sí que era quien más buscaba ese gol.

A partir de ahí más control del Barça y una sola ocasión clara, también en un contraataque. Es Neymar quien lo lleva en el minuto 28 y Messi quien lo ejecuta con un chut que sale algo desviado. Por el Espanyol, poca cosa. Llegaba con cierta facilidad al área del Barça pero ahí tenía muchos problemas para elaborar las jugadas. Solo destacar un disparo alto de Javi López a los 36 minutos, con el que los dos equipos se fueron a vestuarios.

El segundo tiempo comenzó con dos buenas ocasiones para el Barça, Una contra de Neymar a los 3 minutos acabó con pase a Messi que disparó fuera. Y un minuto después era el argentino el que le daba un gran pase al uruguayo, quien remataba a la salida del portero del Espanyol y Diego López mandaba el balón a córner. En esa jugada el guardameta españolista se lesionó y tuvo que ser sustituido por Roberto.

A partir de aquí el encuentro entró en unos minutos muy igualados. El Espanyol buscaba el empate, aunque sin crear mucho peligro. Pero entonces apareció Leo Messi. Primero hizo una gran jugada individual, sacándose de encima hasta a 4 defensas; su remate lo despejó Roberto y Luis Suárez remató al fondo de la red. Y dos minutos después, de nuevo Leo cogió la responsabilidad, buscó la jugada individual y tras un rebote el balón le cayó a Jordi Alba quien, con un fuerte remate cruzado, marcaba el 3-0.

Fueron los mejores minutos de un Barça que entonces jugó ya muy cómodo a pesar de que el Espanyol no bajó los brazos. En una jugada a la contra, David López hizo el 3-1 a 11 minutos del final del partido, pero el gol no les sirvió a los visitantes para entrar en el partido. El Barça siguió jugando cómodo y Messi puso la guinda a su gran segunda parte marcando el 4-1. Pase de Sergi Roberto a Leo, que combina con Luis Suárez, que le devuelve el balón al argentino para que bata a Roberto con un disparo por debajo de sus piernas.

Al final, cómodo triunfo del Barça con un Leo Messi y un Andrés Iniesta estelares. Tras unas semanas algo irregulares, por lo menos los barcelonistas pueden afrontar la Navidad con una alegría y la esperanza de que aún queda mucha temporada por adelante y todo es posible.