Foto: Soudal-Quickstep
Que el ciclista belga gane una contrarreloj no es noticia. De hecho, el pasado sábado realizó la contrarreloj de la Volta ao Algarve enfundado en su maillot arcoíris de campeón del mundo. Pero lo que sí ha sido noticia fue el espectacular (y enorme) plato de 62 dientes con el que ganó la prueba.
Tras analizar el recorrido él y su equipo decidieron que utilizar este plato con un desarrollo de piñones de 12 marchas sería el óptimo para conseguir más velocidad. Tan solo 22 kilómetros de sube y baja constante eran una apuesta arriesgada, pero que le funcionó perfectamente al corredor del Soudal-QuickStep.
Era arriesgado porque un desarrollo de plato tan grande te obliga a realizar esfuerzos realmente brutales en las subidas, por pequeñas que sean. Y en este caso había pendientes que llegaban al 12% en algunos lugares, lo cual puede provocar que te quedes clavado en ciertos puntos. “El cambio me hizo sufrir en la pequeña subida empinada del recorrido donde estaba al límite, pero en el resto del recorrido fue una verdadera ventaja”, apuntó Evenepoel tras la carrera.
Por otro lado, este plato gigante te obliga a tener un desarrollo de piñones muy amplio, a lo que Evenepoel especificó que “Ajustamos un poco mi posición este invierno y los mecánicos y el equipo de rendimiento también echaron un vistazo a las marchas”, apuntando además que “con el plato único, tengo un juego de piñones de 34×11 dientes”.
Cuando pasó la meta Evenepoel explicó medio en broma, que le había “robado” la idea de utilizar un plato único tan grande al también belga y experto en contrarreloj Víctor Campenaerts (Lotto-Dstny).
La pregunta ahora es, ¿volverá Remco Evenepoel a utilizar este plato gigante en próximas contrarrelojes? Estaremos atentos sobre todo a las grandes vueltas, donde el especialista belga venderá muy cara la victoria.