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¿Por qué los futbolistas de élite eligen el ciclismo cuando se jubilan?

Publicado por
Alfredo Varona
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Nadie quiere vivir con dolor. Y el ciclismo es como una balsa de aceite, alejado del fútbol donde los médicos coinciden que “el trabajo se multiplica por dos al existir contacto físico”.

Hace unos días veíamos unas imágenes de David Silva, el ex futbolista de la Real Sociedad y Manchester City en Etxeondo, la fábrica de ropa para ciclistas. Y no fue de turismo. Fue para completar su armario de ciclista. Y no nos sorprendió.

David Silva ya había publicado fotografías en sus redes sociales de su nueva afición por el ciclismo, que no es una excepción entre los ex futbolistas. Al contrario. Hace días tuve una conversación con Andoni Goikoetxea,  la antigua leyenda del Athletic que fue como una radiografía en 3D.

-Puedo hacer tres horas  tranquilamente -admitía tras reconocer que su deporte ahora es el ciclismo, la bicicleta de carretera.

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Y la lista es inacabable

Pues sí, porque el ciclismo forma parte de la jubilación de montañas de futbolistas. Podría hablar desde los actuales entrenadores de Real Sociedad y Villarreal, Imanol y Marcelino, hasta míticos como Alkorta (ex Athletic y Real Madrid), Bojan (ex delantero del Barça), Esteban (ex portero de Sevilla, Atlético u Oviedo), Albelda (mítico campeón del Valencia),  Camarasa (internacional en el Mundial de EEUU 94), Cannavaro (campeón del mundo con Italia en Alemania 2006)…,  en fin la lista es larguísima, casi inacabable.

Y en ella aparecen casos extremos como los de Luis Enrique, que ha llegado a competir en pruebas tan duras como la Absa Cape Epic, que es la carrera sudafricana de mountain bike más dura del mundo con siete etapas, con 658 kilómetros y 15.775 metros de desnivel.

-!Sufrir, sufrir y sufrir!, pero muy bien acompañado -explicó en sus redes sociales.

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También podríamos hablar de Solozábal, el ex capitán del Atlético de Madrid que sigue compitiendo a los 54 años y que archiva en su currículum pruebas como la Titan Desert, la Andalucía Bike Race,  la Celtman…., y hasta el Ironman (3,700 metros nadando, 180 km en bicicleta y 42 km de maratón).

Pero ¿por qué?

¿Por qué tantos ex futbolistas de élite eligen la bicicleta una vez que se retiran? Porque nadie quiere vivir con dolor y porque el fútbol, a diferencia del ciclismo, es un deporte propenso al dolor. Recuerdo una vez, cuando hablé con Tomás Calero, que era jefe de los servicios médicos del Betis, que se atrevió a comparar “el fútbol con el rugby” con una diferencia importante:

-No es lo mismo llevar la coordinación del balón con los pies que con las manos -dijo.

Y todo eso también es ser futbolista. No sólo los goles, los coches, la ropa, las mujeres. También es lo que dicen los médicos: el tobillo específico de futbolista, sometido a demasiadas anomalías a unas velocidades terribles lo que puede originar un desgaste prematuro. Y eso es el fútbol. Y es más, como decía el doctor Calero, “el trabajo se multiplica por dos cuando hay contacto físico”.

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Y eso no lo hay en el ciclismo. Y por eso el ciclismo forma parte de la jubilación de los futbolistas de élite. Sólo hay que recordar el caso del ex capitán del Barça Sergi Barjuan,  que le dijo a su mujer que si se compraban una casa de dos plantas tendría que ser con ascensor porque cada vez estaba más próximo el día que no pudiera subir escaleras. Sergi no tenía entonces ni 40 años.

Porque ése es el precio del fútbol

Y ése precio no se registra en ninguna estadística: no lo ve nadie y acaso nunca imaginamos: imaginamos las casas de los futbolistas, sí, pero no sus dolores.

La  convivencia con el dolor a unas edades muy jóvenes como también me contó una vez Juanma, que jugó en el Madrid, el Deportivo y el Betis: “A los 26 años amanezco todos los días con algún dolor en la rodilla, en la cadera…, en cualquier parte del cuerpo”. Incluso, a esa edad, tenía hasta un Plan de Pensiones lo que era una manera de proteger su futuro.

Quique Setién también me recordó una vez que “había días en los que si no me medicaba no podía salir al campo”. Y, si sigo haciendo memoria en todos estos años de periodismo, también puedo recordar a Esteban, aquel portero que jugó en tantos sitios (Oviedo, Atlético, Almería….), que una vez nos dejó helados cuando contó su día a día en un vestuario: “Hay compañeros que saben cuando va a cambiar el tiempo por como les crujen las rodillas”.

También puedo recordar aquella frase maestra del doctor Herrador, en su época al frente del Real Madrid: “Las rodillas no están hechas para jugar al fútbol”.

Podríamos esforzar más la memoria, buscar más ejemplos. Pero creo que ha quedado suficientemente claro que hay futbolistas que podrían escribir el prólogo de una enciclopedia del dolor. Goikoetxea ya no se expone ni a jugar diez minutos. Sin embargo, se va a montar tres horas en bicicleta, porque ahí (si uno no se cae) no hay impactos y no hay choques y no hay que golpear a un balón que está muy duro, sino todo lo contrario: tus cuádriceps se fortalecen sin violencia física.

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Alfredo Varona