Manuel Rosales, en una imagen de archivo de La Voz de Galicia
Parece una historia de ciencia ficción, pero ocurrió. Nos la refresca este caluroso miércoles Miquel Pucurull, una leyenda del atletismo popular en Barcelona y Catalunya y que suele ser muy activo en Twitter comentando y contando historias pretéritas de nuestras carreras populares. Esta, sin duda, merece una mención especial. Data de 1996, el segundo año en el que se disputaba un nuevo formato de maratón, la llamada Maratón Compensada. Se celebró en Valencia (duró dos ediciones) y lo que buscaba era que todos los participantes, a pesar de las diferencias de edad lógicas que suele haber en cualquier prueba, compitieran en igualdad de condiciones. ¿Cómo? Ahora os lo explicamos.
Cuanto más edad tenía un participante, antes salía. Por ejemplo, los de 65 años o más salían 38 minutos antes que todos; los de 60-64, 30 minutos…y así sucesivamente hasta llegar a los de menos de 40, que lo hacían ya todos en hora oficial. El primer año no sucedió nada especial, se desarrolló sin mayores incidencias (eso significa que no ganó nadie especialmente veterano), pero el segundo se recordará siempre. Un atleta veterano gallego de mucho nivel, Manuel Rosales, entró primero en la línea de meta sin que ningún ‘sénior’ o joven pudiera atraparlo.
Precisamente cuando llegaron los séniors y favoritos a línea de meta tras salir media hora más tarde y no haberle podido dar caza, se montó un buen lío. Se quejaron airadamente porque el premio en metálico se lo llevaba finalmente un veterano (con toda justicia a tenor de cómo era el reglamento de la carrera). El experimento de la ‘Maratón Compensada’ no se volvió a hacer nunca más…