La Ley de Murphy dice que si algo puede salir mal, saldrá mal. Esto es aplicable a todos los ámbitos de la vida, la Ley de Murphy nos acompaña allí donde vamos. Que abres un medicamento, lo harás siempre por el lado del prospecto. Que llaman al teléfono, lo cogerás justo cuando cuelguen. Que necesitas apuntar algo urgente, el bolígrafo no va. Que no has estudiado algo concreto, sale en el examen.
Pero no nos enrollemos, como aquí lo que nos tira es el running, aquí va una serie de infortunios que seguro que más de un runner ha vivido, y sino, al tiempo.
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Murphy era runner
- El día que salgas extra-motivado para hacer el mejor entreno de tu vida, ese día todos los semáforos de la ciudad te recibirán con un caluroso color rojo para cortarte el ritmo.
- Cuando salgas por la puerta de casa te darás cuenta de que llevas la batería del GPS, pulsómetro o móvil bajo mínimos, lo suficiente para dejarte colgado antes de finalizar en entreno y fastidiarte el resumen de la sesión.
- Cuando estés en línea de salida para empezar la carrera, el GPS se hará el sueco y no pillará señal.
- Saldrás de casa sin ganas de ir al baño, porque esas ganas aparecerán repentinamente minutos antes del inicio de la carrera.
- Si el cielo está nublado, esperará a que salgas por la puerta dispuesto a correr para empezar a llover.
- Si vas a alguno de los baños portátiles que ponen en las carreras, cogerás el que menos cola aparenta tener. Justo ese será en el que un corredor entrará con “Michael Jordan colgando del aro” y tardará más de lo previsto, convirtiendo tu baño en el más lento de todos.
- Llevas esperando meses a que llegue el día de una carrera muy especial, ese día llueve.
- Justo cuando hayas llegado al lugar de la carrera, te darás cuenta de que te has dejado en casa el chip.
- La mesa de avituallamiento a la que te dirijas será justo la que todo el resto de corredores también decida elegir.
- En la única zona oscura del parque por donde estás entrenando es donde están concentrados todos los charcos y barro.
- Justo instantes después de empezar la carrera, te darás cuenta de que llevas una zapatilla demasiado apretada.
- Cuando decidas lanzar un escupitajo en la inmensidad del espacio, irá justo a dar al runner que venía por detrás.
- El día que llegues al portal con unas agujetas increíbles, ese día no funcionará el ascensor.
- Te compras algo caro en una tienda de running, pasas unos días después por delante y ves que han decidido rebajarlo.
- Verás unas zapatillas por internet que te han enamorado, no las encontrarás en ninguna tienda, y si las encuentras, no tendrán tu número.
- Basta que te compres las zapatillas más originales para que veas por las redes sociales que los cientos de runners que sigues han sido tan “originales” como tú y se las han comprado.
- Cuando por fin consigas sacar tiempo para entrenar antes, te encontrarás a alguien que te entretendrá.
- Justo cuando termines de aplicarte vaselina por tus ingles, vendrá alguien conocido a darte la mano.
- Cuando lleves geles a una maratón, la organización repartirá en los avituallamientos. El día que no lleves, no repartirán.
- Nunca sales en ninguna fotografía de las carreras, excepto el día en que decides correr una sin dorsal o fotocopiártelo, ese día sales en la portada de una revistas de running, en cinco blogs y en el twitter de @runerenfurecido poniéndote a parir.
- Si tras una maratón hay 19 chicas masajistas y 1 sólo chico masajista, siempre te tocará él.
- Cuando te compres unas gafas de running último modelo para lucir, estará nublado ese día, esa semana y ese mes si hace falta para que no las estrenes.
- Si decides ponerte en el lateral de una carrera para adelantar a la gente, coincidirá que en ese lateral va un grupo de cojos, dos abuelas y un captador de ONGs que te pedirá que le eches una firma.
- Si una lesión puede aparecer, siempre lo hará en mitad de la preparación de tu gran prueba.
- Cuando salgas a entrenar un día de mucho calor sin botella de agua porque piensas “beberé en esa fuente del kilómetro 5”, casualmente ese día la fuente no funcionará.
- Cuando prepares una carrera que te habían dicho que era muy llana, descubrirás el día de la carrera que tiene cuestas dignas de un puerto de montaña.
- Cuando esperes durante un buen rato en un punto de la carrera para que pase tu pareja o conocido corriendo y tirarle una foto, justo en ese preciso momento la cámara se bloqueará. Por lo que te pondrás nervioso para solucionarlo y cuando te des cuenta ya no tendrás a quien tirarle la foto.
- Vas a recoger la camiseta y piensas “paso de probármela, cojo esta talla mismo”. Bien, pues nunca aciertas.
- El día que estrenes zapatillas, pisarás una mierda de perro, pasarás por cuatro charcos, acto seguido pisarás arena y para terminar aparecerá un grupo de castores para roerte la suela.
- Si tu mejor amigo decide organizar su cumpleaños por todo lo alto, siempre lo hará el día antes de tu carrera.
- Cuando celebres tu mejor marca personal en una carrera, te dirán un poco más tarde que la carrera tenía unos metros menos de lo reglamentario.
- El día que salgas vestido de corto hará más frío que cagando Frigodedos.
- El día que salgas abrigado hará más calor que en una barbacoa en el desierto.
- Cuando te hayas pasado la noche preparándote la música de la carrera o entreno del día siguiente, ese día te olvidarás el móvil, el mp3 o los auriculares.
- Cuando llegues a la línea de meta con los brazos en alto, emocionado por tu éxito y sonriendo para grabar ese momento ante las cámaras, te pasará un sprinter de 1,90m de altura que alzará sus brazos medio metro por delante tuyo, tapándote de tal forma que sólo puedas reconocer tus zapatillas.
- Si estás esperando una llamada urgente y no llega, sal a correr con el móvil, no falla.
Y recuerda, las Leyes de Murphy pueden fallar, pero nunca fallan.
¡Run run!
Images: Mo Farah Running Away From Things