Remco Evenepoel, el vigente ganador de la Vuelta a España es de mecha corta. El campeón belga no ha tardado ni una etapa en quejarse de la organización por la falta de visibilidad en la primera etapa disputada en Barcelona.
Es comprensible su enfado, pero no las formas.
“Es ridículo, no somos monos en un circo” así de contundente se ha manifestado después de llegar muy encendido y mosqueado justo después de cruzar la meta de la contrarreloj por equipos de 14 kilómetros ganada por el DSM y con un gran Movistar a escasas décimas.
Después de unos días con una ola de calor que ha arrasado con Barcelona y a sus habitantes, la Ley de Murphy se ha ensañado con la Vuelta a España a su paso por Barcelona.
El cielo se oscureció como si el fin del mundo estuviera a tocar y la lluvia hizo acto de presencia en un mes en el que no había caído ni una mísera gota.
A partir de aquí, salir de una situación en la que se vieron afectados muchos más corredores (no solo Evenepoel), no es tarea fácil.
Nadie duda de la peligrosidad de realizar una crono en estas circunstancias, pero últimamente vivimos un sinfín de quejas de los ciclistas profesionales ante cualquier situación meteorológica adversa, normalmente imprevisible.
Alguien haría bien en recordar al Belga que la lluvia y la falta de luz afectó a todos, no solo a él, también al resto de corredores, a la organización, a los medios desplazados y a los y las aficionadas que estuvieron presentes.
Evidentemente que los ciclistas profesionales como Remco son los que se juegan el tipo encima de la bicicleta, y que desde la organización siempre se tiene que velar por la seguridad de los ciclistas, pero tal vez, también habría que realizar de vez en cuanto el ejercicio de ponerse en la piel del otro, no todo es tan fácil de solucionar como parece a primera vista.
Organizar una crono en una ciudad como Barcelona no es una empresa fácil y mover a última hora el horario es materialmente imposible.
Tampoco -aunque parezca incomprensible- fue una opción adelantar el horario del sistema de alumbrado de las farolas, según informa El Periódico de Catalunya, desde el Ayuntamiento de Barcelona se intentó adelantar el encendido, pero debido a que el sistema de luces de la ciudad se activa a través de sensores que analizan la luminosidad y a través de temporizadores que se activan automáticamente a las 20.45 ahora en verano, el sistema no permitió el cambio.