Hijo y sobrino de ciclistas, David Albelda ejemplifica, a los 45 años, la pasión por el ciclismo que cada vez diferencia más a los ex futbolistas. ¿Por qué? Porque el ciclismo no es tan traumático para las articulaciones como lo fue el fútbol.
“Después de retirarme del fútbol, en el ciclismo he encontrado la manera de practicar deporte, pero sobre todo de acercarme a mi pueblo y a su gente“, justificó él en su día.
Aquel mismo año se inscribía en una dura marcha cicloturista en su tierra, La Pobla Llarga, con 1.050 metros de desnivel.
Después, han venido más, hasta la Quebrantahuesos.
Y, por encima de todo, una forma de vida.
Porque, al final, el ciclismo es eso: una forma de vida que hoy le distingue a él (como a tantos ex futbolistas).
La diferencia es que David Albelda fue hijo y sobrino de ciclistas: su padre y su tío corrieron en equipos como el Kelme, el Pepsi o el Teka.
El niño también se imagino algún día como ciclista.
Pero, al final, fue futbolista.
Y se convirtió en el mítico capitán del Valencia de Rafa Benítez que ganó dos Ligas seguidas.
Y, por encima de todo, fue el escudo protector de una época: el futbolista que siempre tenía preparado el extintor de incendios.
Y lo llamaban ‘El Murciélago’ (lo llamábamos).
Y hubo años muy buenos hasta que llegó el día de la retirada (temporada 2012-13). Y entonces regresó el ciclista que David Albelda fue en la infancia. Y nueve años después esa pasión se mantiene viva como el agua.
A menudo, él mismo nos lo recuerda en sus redes sociales.
Y, en realidad, casi no hace ni falta que nos lo recuerde porque Albelda mantiene un muy buen estado físico que, en buena medida, es consecuencia de su pasión por la bicicleta, totalmente domiciliada en su vida.
Y, más allá de sus aventuras, ése es el mensaje que pretendemos relatar esta vez: la importancia de cuidarse y de espejos como David Albelda, que ha elegido un deporte en la frontera de lo posible para el ex futbolista porque no hay contacto y las articulaciones no sufren a esos niveles.
Así que es otro motivo más para no olvidarnos de él y hasta para ponerlo de ejemplo.
Los otros están en la radio, donde le escuchamos como comentarista de la Cope, y quien sabe si en los banquillos. De momento, ya ha tenido una experiencia muy provechosa en el Atzeneta.