No es la primera vez que un aficionado acaba provocando un accidente. Algunos espectadores no saben comportarse como seres humanos. Ya sea por desconocimiento o por malicia, algunas personas acaban poniendo en riesgo a los ciclistas, lo cual no es aceptable.
Por eso la la CPA (Asociación de Ciclistas Profesionales) junto con el UNCP (Unión Nacional de Ciclistas Profesionales de Francia ha decidido denunciar a la persona que arrojó una gorra a Mathieu Van der Poel durante la última Paris-Roubaix y que, por suerte, no llegó a provocar una caída. Sin embargo, los denunciantes interpretan que es importante denunciar ante las autoridades esta acción por “poner en peligro a otros con riesgo de muerte o enfermedad”.
Puede parecer exagerado pero, como ya hemos visto en otras ocasiones, una caída a las velocidades a las que suelen rodar los ciclistas puede provocarles lesiones muy serias y, en casos muy extremos, terminar en tragedia.
Según el propio presidente de la CPA, Adam Hansen, “como ya ocurrió en el Tour de Flandes, donde la CPA, gracias a su asociación miembro belga BPCA, emprendió acciones legales contra los aficionados violentos. El mal comportamiento del público no quedará impune y serán perseguidos los actos de incivilidad que pongan en peligro el buen desarrollo de la carrera y la salud de los atletas”.
Por suerte el incidente no pasó a mayores y no afectó al Mathieu Van der Poel, quien consiguió ganar la carrera y batir varios récords en una actuación histórica.
La CPA ha recordado también las normas que deben cumplir los aficionados que deseen animar a los ciclistas:
Como apuntan desde la CPA: El ciclismo, como cualquier otro deporte, merece un espectador responsable. ¡No arruines la carrera de un corredor, ¡no arruines el espectáculo!
Ojalá no volvamos a ver imágenes de aficionados que no respetan ni a los ciclistas, ni al ciclismo en general.