Y todo esto con Messi en el Barça...

Los números no engañan. El Real Madrid está a un paso de su tercera final de la Champions League en los últimos cuatro años, de las cuáles, las dos anteriores acabaron con el título en las vitrinas blancas. El Barça, en cambio, ha ganado una Champions de las últimas seis y lo ha hecho en un periodo en el que el mejor futbolista de la historia, Leo Messi, estaba en su época de madurez futbolística, entre los 24 y los 30 años. A simple vista el dato duele.

Habrá quien diga que desde que está Messi en el Barça se han ganado cuatro Champions y que, como mucho, el Madrid opta este año a la tercera. Cierto. También lo es que el Barça ha ganado 21 títulos desde que Messi y Cristiano compiten en los dos grandes rivales, por 10 del portugués. Y que el balance de ligas es, hasta esta temporada, 5-1 para el argentino. También es cierto. Igual que la comparación entre un futbolista y otro, no tiene color. Messi es y ha sido mejor sin ningún tipo de dudas.

Pero obviar que el Barça, como club, no ha sabido aprovechar los mejores años de Messi para incrementar aún más su palmarés es negar la realidad y querer esconderse en otros debates paralelos. Antes de irse Pep Guardiola verbalizó la que debía ser la gran misión del Barça en los años siguientes: hacer feliz a Messi y acompañarlo de un equipo que potenciara todavía más sus virtudes. No se ha conseguido o no tanto como se debería. No ha bastado con juntar a un tridente único con Luis Suárez y Neymar. Han faltado piezas que, quizá, están ahora en el bando contrario, donde han sabido diseñar una plantilla mucho más completa y con una idea muy clara.

En manos de la directiva del Barça está ahora revertir la tendencia y lograr que los últimos años de la carrera de Leo Messi -palabras que también duelen al ser leídas- sean de nuevo gloriosos para el barcelonismo.