LA OPINIÓN

De las lágrimas de Neymar a la tristeza de Villa

Joan Vehils

De Brasil a Barcelona. Sonó el himno de Brasil en el estadio Mané Garrincha y Neymar rompió a llorar. Fue la imagen del último encuentro que el jugador del Santos disputó con su equipo. Una imagen que nos demuestra lo que ha sufrido estos días el jugador brasileño. El resto del partido fue para olvidar. Con la cabeza en Barcelona, Neymar intentó decantar un match aburrido, lento y muy distinto a lo que se vive habitualmente en la Liga española. Punto y final. A partir de ahora tendrá que prepararse para competir en un campeonato muy distinto. El cambio no es cosa menor y Neymar deberá romper el tópico de que el primer año de un jugador brasileño en Europa solo sirve para su adaptación. A Neymar le sobra calidad, sus sentimientos están demostrados y quienes le conocen bien, aseguran que es un buen tipo. El reto está servido.

Villa ya no está. El asturiano disputó setenta minutos y en todo ese espacio de tiempo no le vimos ni una ligera sonrisa. Parecía que jugaba por obligación. Además, estuvo poco acertado aunque eso, ayer, era lo de menos. Su etapa en el Barça acabará de manera tristona. Es una pena que un jugador tan querido por la afición tenga un final tan mediocre. Sería bueno que el próximo sábado tuviera algunos minutos para que el Camp Nou le dé un buen reconocimiento. Es cierto que todavía le queda un año de contrato con el Barça pero a la vista está que no continuará. Su tristeza no era la de Neymar.