Es el nuevo refuerzo del Real Madrid

Lucas Silva quería jugar en el Barça

El Cruzeiro brasileño se lo ofreció. El Real Madrid ha acabado pagando cinco millones más

Lucas Silva jugará en el Real Madrid

Lucas Silva jugará en el Real Madrid / sport

Joaquim Piera

"Lucas Silva es demasiado blando para jugar como mediocentro en Europa, defensivamente no se puede comparar con Busquets, y arriba nunca va a tener la calidad de XaviIniesta o Rakitic. No es un jugador para este Barça". Éste es el diagnóstico de uno de los técnicos blaugrana que observó al medio brasileño del Cruzeiro y que ahora el madridismo recibe como si fuera un portento técnico, a pesar de no haber debutado en la Seleçao.

El Barça tenía absolutamente controlado al último fichaje de Florentino. No solo había informes en el despacho de la secretaría técnica, sino que, antes de Navidad, el Cruzeiro pidió audiencia al Barcelona: en el encuentro, el club brasileño ofreció formalmente al futbolista. Su hasta ahora director de fútbol Alexandro Mattos, fichado en enero por el Palmeiras y presentado como si fuera un crack, lo intentó empujar hacia el Camp Nou por una simple cuestión de buena relación con el Barça. Éste es un movimiento lógico, teniendo en cuenta, que estos últimos años la secretaria técnica se ha dedicado a construir líneas de comunicación directa con los principales clubes de Brasil. La política de Florentino en el gigante sudamericano es otra: se limita a sacar su célebre chequera en una actitud "colonizadora", como lo bautizó en su día el ex presidente del Santos FC, Luis Álvaro de Oliveira.

El Madrid ha acabado pagando la cláusula de recisión de 15 millones de euros - ¡qué sorpresa! - , cinco millones más del precio por el que podría haberlo sacado el Barcelona.

La directiva y los técnicos blaugranas sabían perfectamente del interés del Madrid, de cómo se desarrollaban las negociaciones y de lo que va a cobrar el futbolista en Madrid - ojo, con la escala salarial del vestuario merengue, porque podría haber alguna sorpresa en esta operación.

La sanción de la FIFA impide cualquier negociación, por lo que la posible incorporación tendría que haberse pospuesto hasta enero de 2016, precisamente un mes después que terminarse la temporada brasileña. Esperar no era ningún contratiempo ni para el Cruzeiro, ni para el jugador. Lo cierto es que, puestos a elegir, Lucas Silva prefería vestirse de blaugrana. Esto lo tienen muy claro en el Barça. Quedarse una temporada más en Belo Horizonte tenía sus alicientes deportivos para un jugador, que en febrero cumplirá 22 años y que aún está en fase de formación. El Cruzeiro tiene retos muy atractivos en este 2016: intentar al asalto a la Copa Libertadores de América, título que se le resiste desde 1997 y ser el segundo club del país que en la etapa moderna gana tres veces seguidas el Brasileirao, siguiendo los pasos del Sao Paulo, de Muricy Ramalho, (2006, 2007 y 2008). Es más, seguir en Belo Horizonte podría acercar al medio centro a su tan soñado debut con la canarinha. 

El Barça sabe que es Lucas Silva es "un buen chaval", pero futbolísticamente no interesaba. Se le observó exhaustivamente en el Brasileirao y en junio pasado en el Torneo Internacional de Toulon (Francia) donde la Seleçao Sub-20 arrasó. Ahora, el Barcelona desde la barrera, observará quien tenía razón y cuál va a ser el rendimiento exacto del brasileño, por el que no ha pujado ningún gran club europeo excepto el Madrid.

Es más, cuando el acuerdo estaba absolutamente cerrado a tres partes, entre el Cruzeiro, el jugador y el Madrid, al Barça le ofrecieron su contratación, tanto la dirección del club minero, como el representante del propio jugador. La posibilidad de hacerle un sombrero a Florentino existió.