Tendencias & Coaching

La hija del entrenador (y aquí no hay enchufes)

Publicado por
Alfredo Varona
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Marta Serrano, que a los 20 años ha batido el record de España sub-23 de 5.000 , es la hija del milenario entrenador Antonio Serrano. Aunque a estos niveles ya no hay ‘hijos de’.

Ella no sólo es Marta Serrano (20 años).

También es la hija del entrenador: Antonio Serrano, un tipo curioso y campechano de La Mancha que ya casi es como el Carlos Herrera de los entrenadores  en la Blume, donde tiene plaza fija y una oficina de trabajo al aire libre.

Allí, Antonio es una fábrica de contar historias en las que casi siempre se empeña en llevar razón.

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Los 58 años no han cambiado a este apóstol de la paciencia con la diferencia de que tal vez ahora está ante la historia más bonita de su vida.

La de entrenar a su hija, la de entrenar a una atleta que apunta un nivel enorme y que, además, es de su sangre y nada menos que su hija, su hija menor, la hermana de Ainhoa (atleta de combinadas).

Dicho esto: ¿qué hija no le ha robado el corazón a su padre?

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Y añado.

Conociendo a este hombre quién mejor que él para entrenar a Marta; él (que entrenó a Natalia Azpiazu, la madre); él, que, en realidad, ha entrenado a medio planeta; él, que fue entrenador y atleta en los JJOO de Barcelona 92; qué lógica tendría que él, Antonio Serrano, no fuese el entrenador de su hija: no se la iba a dejar a otro.

Sobre todo, porque esto es mejor que nada de lo que mañana pueda ocurrir en el mundo para un entrenador absolutamente vocacional.

Un hombre que en este terreno sigue teniendo más hambre que un maestro de escuela.

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Un joven de 58 años que la otra noche en Nerja tuvo que ser el hombre más feliz de la tierra.

Marta Serrano, con 20 años , batió el récord de España sub 23 en 5.000 metros: 15’27”.

Una hazaña a su edad que provoca que escribamos de ella sin complejos entre otras razones porque tampoco era la primera vez que su nombre invadía redes sociales y ella, Marta Serrano, contestaba con esa sonrisa en las fotografías que tal vez algún día la haga célebre.

La historia acaba de empezar, sí, pero tiene tan buena pinta que parece uno de los productos estrella del atletismo donde, en realidad, no hay ‘hijos de’.

Aquí no le pueden acusar a nadie de enchufismo como en la empresa o en otros deportes de equipo donde el padre, sin una justificación clara, pone de titular a su hijo o a su hija.

En el atletismo o vales o no vales.

Entre todos sus defectos (falta de popularidad crónica, de dinero…) ésa es la gran virtud de este deporte.

Y esta historia nos sirve  para escribir de ello y para recordar que el reloj no engaña a nadie y que Marta se ha matriculado en ese grupo de élite que dirige su padre donde sólo está gente elegida porque ella es una de esas elegidas.

– ¿Se imagina que lleva a su hija a unos JJOO? -le pregunto al padre.

-Ella quiere ser de élite y claro que le voy a ayudar a ser una gran atleta si las condiciones se dan. Y lo de los Juegos… Todos los atletas decimos que son lo máximo, pero yo, sobre todo, intentaré que sea una atleta completa y que tenga una carrera longeva. Que vea el ejemplo de Irene Sánchez Escribano que ya lleva conmigo 13 años y su capacidad para aguantar en la élite.

Y eso se lo repite cada día sea en casa o sea en el coche de camino de casa.

-Porque nosotros cuando llegamos a casa, o cuando nos levantamos a la hora de desayunar seguimos hablando de atletismo, porque a ella le encanta.

Como dice Woody Allen, el futuro es el sitio en el que vamos a pasar el resto de nuestra vida.

Allí se verá hasta donde llega esta historia y si es capaz de retrasar la jubilación de Antonio a los  67 años (quién sabe).

Pero una hija es una hija.

Cuando él tenga 67, Marta (estudiante de Terapia Ocupacional) no tendrá ni 30. En cualquier caso, no hay que venirse tan arriba. No hace falta. La gente me llamaría la atención. Por ahora nos basta celebrar que el mundo nos permita contar historias tan bonitas como esta, dignas de la letra de una canción de Sebastián Yatra o Enrique Iglesias.

Y, para terminar, sólo añadir una última cosa: al padre su hija le recuerda a Marta Pérez, atleta que también entrena él y que ha llegado a la final de unos JJOO, Tokio, verano de 2021.

No digo más.

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Alfredo Varona