La enfermera que acaba de coger la excedencia para llegar a los JJOO

Publicado por
Alfredo Varona
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Ester Navarrete, a los 34 años, nunca había pasado de los 100 kilómetros semanales. Vivía de su trabajo de enfermera hasta que pensó en intentar, tras la media de Valencia, la mínima olímpica para maratón. Dicho y hecho.

 

Todo arranca en Vigo.

En el barrio de Navia para la familia Navarrete.

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A dos kilómetros del estadio de Balaídos y a menos de la playa de Samil.

Naturalmente, el niño es el jefe de la casa: Isco Navarrete, de 3 años.

El padre es Francisco Rodríguez (45) y la madre Ester Navarrete (34) que es la que acaba de aterrizar en el infinito en el maratón de Sevilla:

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2 horas, 24 minutos, 40 segundos (si no pasa nada, billete en la mano para los JJOO de París)

Es el regalo (qué regalo) que le acaba de hacer Ester a su hijo: Isco (Francisco) Navarrete Rodríguez que el jueves cumplió tres años y cuyo primer apellido ya veis que es el de la madre:

-Es que el mío, Rodríguez, es tan común que decidimos hacerlo así. Nos pusimos de acuerdo enseguida.

Y todos conformes.

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Como hoy domingo en Sevilla. Como en verano cuando toque hacer las maletas para París o como ayer, en el mes de diciembre, cuando Esther hizo 1h09m58seg en la media maratón de Valencia y entre todos se vinieron arriba:

-¿Por qué no intentamos la mínima para los JJOO en maratón?

Mostaza (el representante) puso el sitio (Sevilla) y Manolo Vigo (el entrenador), el plan.

Y Ester y Francisco lo más importante: adaptaron su vida a este objetivo.

-Ester nunca había pasado de 100 kilómetros -explica él, el marido.

Pero para Sevilla ha llegado dos semanas hasta los 168 doblando solo dos días, en los que Francisco trata de acompañarla fuese en la pista o en coche para protegerla del viento, de esos vientos de Vigo que vienen del océano atlántico.

Y el plan ha salido adelante.

Francisco está ahora esperando a su mujer que salga del control antidoping.

Es un hombre feliz.

Lo será aún más cuando vuelva a abrazarse a ella, a Ester Navarrete, que explica por qué ha tardado 34 años en pasarse al maratón.

-Estaba cómoda en el 5.000 y luego en el 10.000.

Tampoco fue “nunca profesional” hasta estos tres últimos meses en los que lo apostó todo a una carta.

Decidió coger la excedencia en su trabajo de enfermera en Vigo y “hacernos profesionales”, como coinciden los dos, marido y mujer.

Hace mucho que el atletismo les unió y lo que piensa uno lo piensa el otro.

-Fue en Granollers en un Campeonato de España de cross.

Francisco es un andaluz que corría 800 en la cuadra de Paco Gil, donde estuvieron Antonio Reina o Luis Alberto Marco.

En el caso de Francisco llegó a dejar el crono en 1’48”.

Pero todo cambió en su vida tras aquel fin de semana en el que conoció a Ester Navarrete.

Hace once años  se fue a vivir a Vigo, donde él trabaja con las escuelas de atletismo por las tardes en las pistas de Balaídos lo que le da cierta independencia y posibilidades por las mañanas para acompañar a su  mujer en los entrenos de los que han obtenido petróleo.

Ha sido una media de nueve sesiones semanales. 

Hubo días de locura en los que se iban en coche 10 kilómetros  para aprovechar el viento a favor en la carretera.

Yo ahora transcribo todo lo que me cuenta el matrimonio (mejor que una entrevista, ésa ya la harán otros compañeros).

Hoy nos conformamos con escucharles, con poner palabras a la felicidad, que es mucha, demasiada.

Francisco podría ser su entrenador, pero son fieles a Manolo Vigo, que es su entrenador de siempre, que vive en Santiago y que trabaja en el aeropuerto de allí y Esther es leal y de confianza.

-Eres exageradamente disciplinada -le dice el marido-. Si te dicen de hacer 1 hora haces 1 hora justa, no 59 minutos y 59 segundos. No te vale y lo sabes.

Ester es hija de Jesús, un psicólogo que trabaja de orientador en un colegio, y de Margarita, una administrativa que acaba de jubilarse.

Esther es la mujer que se ha atrevido estos últimos meses a desafiar al pasado y al presente porque no todos los días tenían con quién dejar a Isco (de tres años)

-Pero ha salido bien -exclama Francisco.

La confianza en sí misma ha tenido resultado para Ester, que podría vivir el verano de su vida en 2024.

Los acontecimientos se sucederán.

-Teníamos comprado el billete para el Europeo de Roma, donde tiene mínima para la media.

Pero a partir del domingo, 18 de febrero, los JJOO se han metido en su vida en la prueba más histórica de todas: el maratón, los 42,195 kilómetros que Ester Navarrete gobernó con valor y sinceridad.

La misma con la que, a partir de ahora, se hablará de los JJOO en el barrio de Navia en Vigo en esa casa en la que, pese a todo, un  niño de tres años seguirá siendo el rey.

De ahí que cuando lleguen lo primero que hará cualquiera de los dos será entrar en su habitación a darle un beso, ese beso que ya es olímpico.

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Alfredo Varona