Jakob y Katir se salieron en Florencia y prometen emociones fuertes
Quizás nos estamos embalando. Tal vez por dos carreras buenas no deberíamos lanzar las campanas al vuelo y lo lógico sería esperar a que Mo Katir se consolidara en la élite, que demostrara en un gran campeonato que bajo presión también es capaz de rendir a este excelso nivel que nos ha mostrado en Karlsruhe y, sobre todo, en Florencia en la Golden Gala. Pero tras la exhibición del atleta muleño es difícil frenar las emociones.
Si fue un espectáculo el atleta de Asics, lo de Jakob Ingebrigtsen fue de absoluta leyenda. En su caso sorprende menos porque lleva años (a pesar de su extrema juventud -tiene 20 años-) dejando claro que se trata de un atleta de época, de una figura de la que se hablará años y años si su cabeza y las lesiones lo permiten.
Jakob estableció un nuevo Récord de Europa. Paró el crono en 12.48.45 y dejó en la cuneta a la armada africana, que llegaba con todo, con el etíope Gebrhiwet, con el plusmarquista mundial Cheptegei, el campeón del mundo Edris, Bekele, Kimeli. Lo ‘mejor’ de todo es que el menor de los hermanos Ingebrigtsen es tan versátil que es capaz de ser campeón olímpico en el 1.500 o el 5.000. Y hasta en el 10.000 si se pusiera.
Katir, que cruzó la meta en 12.50.79, a dos segundos del noruego, se fue directo a saludar a Jakob. Dos europeos entre los cuatro primeros de una prueba así es algo inaudito, de otros tiempos. También Mohamed ha demostrado ser un enorme atleta de 1.500 (ha bajado su mínima hasta los 3.33 este curso).
Prometen vivir un duelo de estrellas emergentes (Mo tiene 23 años), de atletas con un presente y un futuro excepcional. Permítannos soñar con algo grande ya en los Juegos Olímpicos. No sabemos si Katir correrá el ‘milqui’, el 5.000 o ambas. Si él quisiera podría doblar, aunque para ello debe mantener el tremendo pico de forma que atesora en estos momentos.