Kiptum, en una imagen de archivo
La proeza de Kelvin Kiptum nos dejó a todos boquiabiertos. En tan solo su tercer maratón, el keniata logró superar al más grande de todos los tiempos, e Eliud Kipchoge. Y conseguir un Récord del Mundo aparentemente cómodo. Con unos parciales espectaculares. Algo nunca antes visto en el mundo de los 42,195 kilómetros. ¿Pero quién hay detrás de este superatleta de apenas 23 años que desafía la lógica en la distancia de Filípides? Un entrenador de Rwanda de nombre Gervais Hakizimana. No deja de ser curioso, puesto que hace unos meses solía aparecer como ‘atleta sin entrenador’. Se estrenó en Valencia con unos estratosféricos 2:01:53.
En Chicago posó, orgulloso, con el cartel del Récord del Mundo junto a Gervais. Un hombre de 36 años como decíamos de origen rwandés pero que suele pasar gran parte del año en Francia. El portal francés ‘DayFR Euro’. Como decenas de corredores de África Oriental, Hakizimana corre desde hace años en Francia para obtener, cuando es una buena idea, primas de victoria de unos cientos de euros. Apreciado por los organizadores, hace malabares entre el francés, el inglés y el suajili y actúa como traductor para los atletas kenianos.
“Viví para correr”, dice él mismo. “Necesitaba dinero, corría todos los fines de semana. Pagué la educación de los jóvenes de mi familia en Ruanda”. En su perfil de la Federación Francesa de Atletismo, Gervais aparece con 123 pruebas disputadas y solo dos abandonos entre 2008 y 2016. “Trabajaba en limpieza, limpiando edificios, ventanas por ejemplo, para ganar un salario y acreditar mis papeles, visas temporales”, explica el corredor. También hizo de mensajero de una plataforma online, donde le robaron la bicicleta varias veces antes de cambiarse a un scooter.
Durante sus años franceses, Gervais Hakizimana viajaba regularmente a Kenia para formarse. Fue cerca de Chepkorio (oeste), donde ahora tiene una habitación durante todo el año, donde conoció a Kelvin Kiptum en 2013. “Cuando hacíamos sesiones de escalada en el bosque cerca de su casa, él era pequeño pero nos seguía, descalzo, después de cuidar las cabras y ovejas”, cuenta Gervais.
Su colaboración despegó en 2020, cuando Hakizimana permaneció atrapado en Kenia durante varios meses debido a la pandemia de Covid-19. “En Chepkorio vivimos juntos. Está muy cerca de su casa pero es mejor que no vuelva, consigue una habitación, tiene que concentrarse, tiene que aislarse de las distracciones. Simplemente corre, come, duerme”.