A 70 grados norte, el sol tan sólo hace aparición dos meses al año.
No puede haber mejor motivación que esa para desarrollar frontales lo más eficientes posibles. Allí, un frontal no es un simple accesorio: es una pieza esencial para la seguridad de cada uno/a.
“Det finnes ikke dårlig vær, bare dårlig klær” una frase muy popular en Noruega: “no existe el mal tiempo, solo la mala ropa”.
Con esa premisa, Moonlight nació en el ártico en 2014.
Hemos tenido en nuestras manos -concretamente en nuestras cabezas- el frontal Moonlight Bright As Day 800, la versión del frontal más ligero y popular de la marca que usa el mejor corredor de trail running de la historia, Kilian Jornet.
Un frontal que ha usado en las victorias de la Hardrock 100, la Western States, o la gran victoria de Jornet en UTMB 2022.
Antes de entrar en los detalles del frontal, desarrollemos antes unos conceptos que nos irán bien para entender más cómo funcionan y qué hay que tener en cuenta a la hora de comprar un frontal para nuestras carreras por montaña.
El lumen (símbolo: lm) es la unidad del Sistema Internacional de Medidas para medir el flujo luminoso, una medida de la cantidad total de luz visible (que vemos) de una fuente de luz. Cuanto más alto es este número de lúmenes, el dispositivo es más ‘brillante’.
La organización estadounidense que regula la medición de los lúmenes establece que esta medición se toma entre 30 y 120 segundos después de que se haya encendido el frontal por primera vez con la batería nueva. Esto significa que cualquier fabricante pueda vender como frontal de 1000 lúmenes un dispositivo que al cabo de 2 minutos baje hasta los 750 lúmenes.
Los LED de los dispositivos producen mucho calor y, en la mayoría de los casos, la carcasa de plástico no disipa el calor lo suficiente y la placa de circuito electrónico se ve obligado a reducir la salida de luz para no quemarse.
El aumento de la temperatura no solo afecta a la calidad de la luz, también a la durabilidad, ya que si no se enfría la placa del circuito y la temperatura del chip aumenta, su vida útil disminuye en consecuencia.
Moonlight se basa en un diseño de aluminio que disipa mejor el calor y permite que el LED proporcione lúmenes reales (y constantes en el tiempo) desde el 100% al 10% de la duración de la batería.
Aquí es donde entra en juego el diseño del cabezal del frontal en forma de hojas -de aluminio templado- inspirado en el diseño de los radiadores, (no olvidemos que en Finlandia deben saber mucho de calefacción…) que tiene como objetivo disipar el calor (una superficie más grande se enfría más rápidamente) reduciendo la temperatura del frontal ofreciendo en todo momento el máximo de lúmenes posibles.
Haz de luz: el conjunto de partículas o rayos luminosos de un mismo origen, que se propagan sin dispersión.
¿Cuanto más altos son los lúmenes, más veremos con el frontal? En la mayoría de los casos, sí, pero no siempre. La forma en la que el fabricante de frontales enfoca y dirige esta luz puede llegar a afectar.
Flood: Más útil cuando se necesita una visión más de cerca, cuando el terreno es técnico como un bosque muy denso.
Spot: Este haz de luz más estrecho permite tener más visibilidad a larga distancia. En la mayoría de los casos, esta es la mejor opción para actividades de ritmo más rápido.
En el caso del frontal que nos ocupa, el Moonlight Bright as Day 800, cuenta con una combinación de dos rayos de luz, uno de tipo flood y otro de tipo Spot. Esta sería la configuración idónea para actividades como el correr, en la que necesitas el máximo rendimiento lumínico a pocos metros por delante.
En el caso de actividades como el esquí o el ciclismo (en la que la velocidad aumenta considerablemente) ya sería mejor combinar los rayos de luz a diferentes ángulos para tener una visión más amplia y con una mayor distancia de visibilidad.
Ahora sí, vayamos ya a los detalles concretos del frontal Moonlight Bright as Day 800.
Dos datos para empezar, sus 800 lúmenes reales y sus 2 horas de batería a máxima potencia (y 40 horas en su nivel de potencia más bajo).
Moonlight fabrica sus frontales pensando en soportar las condiciones más extremas y se nota en todos sus componentes que tiene una construcción bien sellada. El frontal no es que esté a salvo de daños por salpicaduras, si no para aguantar la lluvia intensa y condiciones de humedad extrema.
Si consultamos en su documentación del frontal el grado de impermeabilidad, la calificación es la IP67. Esto equivale a que el frontal debería poder aguantar el sumergirlo debajo del agua hasta a 1 metro de profundidad y por un tiempo de hasta 30 minutos... mucho tiene que llover, y muy hondo tiene que ser el charco que crucemos xD
El frio tampoco parece ser un problema en un frontal que ha sido diseñado en el mismísimo ártico, está preparado para aguantar temperaturas de hasta -20ºC.
En situaciones de mucha calor, para que el frontal pueda funcionar a pleno rendimiento y evitar un sobrecalentamiento (por el calor y por el propio uso del dispositivo), el frontal está conformado mediante unas aspas de aluminio que provocan una ‘refrigeración pasiva‘ evitando así que el frontal se vea a obligado a disminuir los lúmenes para que el frontal se pueda enfriar y no se ‘queme’.
Todos los frontales de la marca cuentan con GoPro Quickclip para que se adapte a los diferentes modos de fijación.
Es un frontal diseñado para velocidades de actividades como el correr y su peso de 248 gramos lo hacen apto para carreras largas (y noches más largas aún), donde la potencia de sus lúmenes sea un factor clave.
Si sirve para correr, es evidente que este frontal nos va a servir tanto para hacer un trekking, cómo para correr por la ciudad en zonas poco iluminadas o para ir a acampar debajo de las estrellas.
Eso si, el fabricante menciona que si se utiliza el frontal estando parado, es mejor no utilizarlo a máxima potencia -si se quiere alarga su vida útil al máximo-, ya que su diseño está pensado de tal manera que gracias al movimiento, el flujo de aire aumenta entre las hojas del cabezal y ayude a la refrigeración.
Un único botón muy accesible funciona como seleccionador de los 4 niveles de potencia:
Más un modo flash (pulsando el botón rollo doble click) y un modo SOS al realizar un nuevo doble click (teniendo el modo flash activado).
¿Cómo funciona este modo SOS? muy fácil, utilizando el código morse: Tres destellos cortos (S) + tres destellos largos (O) + tres destellos cortos (S).
Un led dentro de la carcasa nos sirve como indicador de la batería, indica su estado actual de carga mediante este código de colores:
Una vez la batería llega al 10%, la batería automáticamente se pondrá en el nivel de potencia lumínica más bajo.
Será el momento de tomar decisiones importantes, ya sea reemplazar la batería si se tiene o volver sobre tus pasos en caso necesario…
Lo que primero sorprende de esta frontal durante su uso es su potencia de luz y lo bien que está distribuida para una actividad como la de correr por la montaña. También, su robustez y lo compacto que es.
Para pesar 248 gramos sus 800 lúmenes sobrepasan las necesidades habituales como corredor al que se le hace de noche algunas veces, y más ahora con estas temperaturas veraniegas, en las que intentamos evitar el calor el máximo posible.
Ilumina el sendero o camino y nuestra marcha de manera más que sobrada para poder correr de noche y ver al mismo tiempo los desvíos, accidentes del terreno a evitar o las señalizaciones de las carreras tan importantes para no perdernos.
En comparación con los frontales que se sujetan solo alrededor de la cabeza, Moonlight 800 dispone de una tercera cinta que va sobre la cabeza. Indispensable para repartir bien el peso del frontal cuando la batería la tenemos situada detrás de la cabeza.
Esto nos permitirá tener tres ajustes en las cintas para encontrar el punto exacto de comodidad de uso.
Aunque a primera vista -gracias a su diseño robusto- tenga una apariencia de ser un frontal con un diseño no muy cómodo estas sensaciones desaparecen al cabo de pocos minutos gracias a su buena sujeción, el frontal no se mueve y te olvidas rápidamente que lo llevas puesto.
Yo que soy de correr bastante ochentero y me gusta correr con cintas (headbands) para retener el sudor, es un complemento perfecto para llevarlo debajo del frontal y evitar así posibles -y molestos- roces en la piel al cabo de los kilómetros.
Ahora vamos a los detalles importantes, esos que sin cubrir grandes funcionalidades hacen que la compra de un producto acabe decantándose hacía un modelo u otro:
Todas estas bondades se ven reflejadas en el precio del frontal, que asciende a los 149€ o 199€ si se adquiere una batería extra de repuesto.
Un precio acorde a la calidad del dispositivo, uno de los mejores frontales que podrás encontrar en el mercado.