Toni Abadía ha estado realizándose pruebas estas últimas semanas
Hay cosas (quizás demasiadas) que no podemos controlar. Sencillamente no están a nuestro alcance e incluso, en ocasiones, no encontramos una explicación a por qué suceden. Probablemente lo más frustrante en la vida (y en el atletismo) es no tener soluciones por mucho que intentemos buscarlas y que pongamos todo de nuestra parte. Desgraciadamente esta parte está muy presente en el deporte. Podemos tirarnos semanas y semanas, meses, preparando a conciencia una competición, haciendo todo lo correcto y más, trabajando fuerza compensatoria y mil cosas precisamente para evitar que surjan lesiones y molestias, pero aún así éstas aparecen cuando menos las esperamos, cuando nos parece que mejor estamos. Es duro asumirlo. Frustrante.
No están siendo tiempos fáciles para uno de nuestros mejores fondistas de los últimos tiempos. Toni Abadía, plusmarquista nacional de 10k y ‘multicampeón’ nacional de 5.000, 10.000 y cross, no ha podido competir a lo largo de este invierno. De hecho, lleva desde el Maratón de Valencia, en el que tuvo que retirarse en el kilómetro 29, sin poder enlazar varias sesiones de entrenamiento consecutivas. Ahora comienza a ver la luz. Nos cuenta este ‘via crucis’ en La Bolsa del Corredor.
“No es solo de este 2021. Llevo desde los Juegos de Río, en los que corrí con un dolor de cólico, con varios episodios de pinchazos abdominales y muchos dolores siempre relacionados a cuando como algo. Me da una acidez increíble y pensábamos que como me quitaron la vesícula podría ser algo relacionado con ansiedad y estrés. Es verdad que hay veces que te dan brotes y otras que vas muy bien y puedes entrenar, como ha pasado en muchas ocasiones. Lo que pasa es que a partir de 2018 tengo muchos problemas, me retiro en carreras de 5.000, en las Copas de Europa de Londres termino de correr con dolor y en el antidoping lo paso fatal. Pero no le damos mayor importancia porque no se prodigan en el tiempo”.
“Pero a raíz de la Maratón de Valencia, en la que me retiré en el kilómetro 29, justo ese mediodía me da un dolor de cólico muy parecido al que sufrí en los Juegos de Río, por no decir idéntico. Me relajé y tal y no fue a mayores, solo 10-15′ en los que me costó mucho respirar. Luego entrenando para preparar la San Silvestre Vallecana de una semana a otra tenía que estar varios días sin correr y lo pasaba francamente mal, con mucha acidez a la hora de comer y entrenar, sin poder dormir (llevo desde Valencia durmiendo 4 o 5 horas al día como mucho, depende de la postura me duele mucho el abdomen). Pasó la Vallecana, me volvió a dar ese dolor en el kilómetro 2,5 y me dije que no podía seguir así“.
“Paré por completo la segunda semana de enero, no podía más, solo quería dormir mejor. Me ingresaron en el Hospital de Valencia para hacerme unas pruebas del colón porque cada vez que entrenaba tenía que ir al baño, tenía bastante descomposición. Salió todo bien, pero los problemas siguen latentes. Cuando entreno tengo mucha acidez, es verdad que depende de lo que como, pero la sensación es muy desagradable. Ahora estamos todavía sin diagnóstico claro pero hay pedida una gastroscopia para el 17 de marzo. Todo hace indicar que sea algo bacteriano que lleve mucho tiempo y se active con algunos alimentos”.
“Hay un médico que me ha orientado mucho en relación a los alimentamos que debo y no debo tomar, como los hidratos de carbono. La energía ahora la vamos a intentar obtener a través de grasas buenas. Voy mucho mejor, he podido enlazar dos semanas de entrenamiento y es un lujo para mí. Hoy he podido dormir 6-7 horas bien, pero no está aún la guerra ganada porque hay dolores que no se van. Si tengo que estar tomando omeprazol el resto de mi vida para entrenar es un peaje muy alto. Ojalá que todo vaya fluido y pueda seguir entrenando, nada más”.