Foto Facebook Van Niekrerk (Waydevanniekerk400m)
LLegaba a Río como uno de los favoritos tras ganar el oro en el Mundial de Pekín del año pasado. Pero pocos esperaban un récord del mundo. El sudafricano Wayde Van Niekerk, que en la pasada cita mundialista abandonó la pista en camilla, con una pájara antológica, se impuso con 43,03 (nuevo WR) en una final que marca un antes y un después en la agónica vuelta a la pista (400 metros).
En las eliminatorias previas, Kirani James y Lashawn Merritt se mostraron amenazantes mientras que Van Niekerk se clasificaba en quinto lugar para la final. Un desliz que le costó salir por la calle 8, sin ninguna referencia. A la hora de la verdad la penitencia se convirtió en virtud, logró una velocidad con la que es difícil no derrapar y mucho menos respirar, consiguiendo un nuevo récord del mundo de 17 años de antigüedad, logrado en Sevilla por el mito Michael Johnson. “¡Oh, dios mío!, dijo asombrado como comentarista de la BBC. Hasta hoy, la mejor marca personal previa de Van Niekerk era de 43,48.
Mientras Usain Bolt se preparaba para deslumbrar en la final de 100 metros, no puedo contener la sorpresa ante la gesta de Van Niekerk. Poco después era felicitado dejándonos una de la imágenes del día. ¿Presente y futuro de la velocidad?
Este año ya ha bajado de los 10 segundos en los 100 metros y de 20 en los 200, una muestra del talento y versatilidad del velocista sudafricano. “Creía que podía lograr el récord del mundo. Toda mi vida soñé con esta medalla”, dijo tras la carrera.