Duplantis, maravillado con su Récord del Mundo en Eugene / EFE
Armand Duplantis volvió a maravillar en Eugene. El sueco batió su propio Récord del Mundo de salto de pértiga y puso el listón en 6,21 metros. Lucha contra sí mismo, contra el desgaste, contra su propia ambición. Tiene 22 años y es el mejor de la historia. Lo es desde hace ya tiempo. Suena surrealista, pero es así. Apenas es un ‘postadolescente’ y lo ha hecho prácticamente todo. ¿Contra qué lucha ahora? ¿Cuál es su límite? Campeón olímpico, campeón mundial. No tiene rivales que ni siquiera puedan hacerle temblar lo más mínimo. Probablemente no saldrá jamás un atleta de su nivel en el salto de pértiga.
De esta forma, el mundo del atletismo se pregunta dónde está el techo de ‘Mondo’. Uno de sus rivales estos últimos tiempos y buen amigo (entrenan juntos en sus respectivas casas en más de una ocasión), Renaud Lavillenie, ha hecho la siguiente reflexión: “Después de esto, tal vez 6.25-6.30. No hay razón para dudarlo. Necesita mantener el ritmo, continuar competición tras competición. La pregunta no es hasta dónde puede llegar, la pregunta es cuánto tiempo puede aguantar”. Físicamente, mentalmente. Veremos hasta dónde le da a Duplantis. Es un gran competidor y tiene tiempo de sobras.
Su padre es más contundente sobre este asunto: “6.30 a día de hoy”. Eso significa nueve centímetros más de lo que alcanzó en Eugene. Hasta hace poco parecía una locura fuera de lugar, pero con ‘Mondo’ cualquier cosa nos parece factible.