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La curiosa soledad de las atletas keniatas

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LRDC
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Es habitual cuando nos llegan imágenes de Kenia, de ese cartel que preside el ‘training camp’ de Iten donde entrena Eliud Kipchoge (‘Home of the Champions’), ver grupetas de 10, 20, 30 o incluso más corredores entrenando de forma conjunta, haciendo tiradas largas masivas. El propio plusmarquista mundial tiene un amplio grupo de entrenamiento y, por ejemplo, uno de sus compañeros de tiradas y de series es otro ‘recordman’ mundial, Geoffrey Kamworor, que por cierto sufrió este verano un atropelllo del que se está recuperando y le impidió participar en el Mundial de Medio Maratón de Gdynia. Pues bien, esas ‘hordas’ de decenas de atletas recorriendo esos caminos de tierra tan caracterísiticos de la altura de esta región keniata son un poco una de las esencias, una de las señas.

Las grupetas

Pero lo que no estamos tan acostumbrados a ver son grupetas de chicas entrenando en grupos grandes. Hay muchas atletas keniatas entre las mejores del mundo cuando hablamos de fondo. Sin ir más lejos, la plusmarquista mundial de maratón Brigid Kosgei. Pero vaya, Jepkosgei, Wanjiru, Chelimo…podríamos decir un montón. Charlando con Totti Corbalán en la Bolsa del Corredor recientemente para valorar cómo llegan al Maratón de Valencia sus atletas del grupo Ikaika, el preparador español afincado en Kenia nos comentaba que es muy extraño ver grupos de atletas femeninas corriendo en pelotón en una imagen que sí es muy usual en los hombres. Pero, ¿por qué?

Muy competitivas

“Cuando hay competición obviamente que está todo el equipo junto en el hotel y en los días previos, pero en Kenia, en Iten, incluso en Nairobi, es distinto. Algunas veces van solas, otras van de dos. Es muy difícil en Kenia ver a un grupo de chicas correr juntas. Normalmente van solas con sus liebres, es lo más típico“, nos relata Corbalán. “¿Por qué? Pues me resulta difícil explicarlo, la verdad, pero es así, es lo que vemos a diario. Los ‘easy runs’ por exemplo, que quizás se hacen saliendo desde casa. Lo normal es que las liebres las esperan fuera y arranquen. Imagino que es porque se sienten más cómodas yendo solas, a su ritmo; son más competitivas entre ellas”.

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“En pista quizás sí pueden entrenar en grupos más grandes para apretarse, pero incluso ahí las ves solas también”, matiza Totti. Sin duda, un fenómeno curioso…

 

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