Llevo desde finales de septiembre esperando a que llueva para poder salir a testear una chaqueta impermeable y no hay manera.
Barcelona, la ciudad en la que habito, se enfrenta al episodio de sequía más importante desde que se recogen datos. El dato es demoledor.
A partir de ahora quedará prohibido en Barcelona y su área Metropolitana -casi seis millones de personas- regar jardines, limpiar vehículos con agua potable o llenar piscinas privadas. Además, se ha limitado el consumo de agua a 210 litros por habitante.
Se habla hasta de traer barcos cisterna con agua potable. Así está el tema de grave.
Los estragos de la sequía –que aquí ya dura la friolera cantidad de 36 meses– hace tiempo que son muy visibles. Salgas por donde salgas a correr por la montaña, cada vez se ven más -y además a una velocidad alarmante- árboles secos, medio o totalmente muertos. Los contemplo cada fin de semana en el Parque del Garraf (parque de interés natural de 12.000 hectáreas a media hora de Barcelona ) pero también me los encuentro agonizando o derrumbados en el Montseny, el Cadí o incluso en los Pirineos.
El drama abarca tal magnitud que hay comarcas catalanes en los que el porcentaje de árboles con síntoma de sequía han pasado del 12% al 80% este año 2023, incluso alguna ha llegado al 91%, como la comarca del Bages.
En Barcelona ciudad se talaron en octubre 500 árboles muertos debido a la sequía. También, se sacrificaron medio millar de palmeras datileras (una palmera quebrada ya causó un trágico accidente este verano). De momento, ya se han caído más de 150 árboles en plena ciudad.
Ante tal desolador panorama, como corredor que disfruto de la naturaleza se me encoge el corazón y me invade una profunda tristeza. Y permitidme que entre en el terreno de la anécdota personal, porque esta tristeza a veces también se convierte en indignación, cuando por ejemplo contemplo actitudes surrealistas.
Hace apenas una semana, me vi en la situación de contemplar a un ciclista (no sé si merece llegar a otorgarle esta condición) lavando su flamante bicicleta BTT en una fuente de agua potable en medio de la calle, pero además en modo “dedo en el chorro” como si fuera una manguera -y como si no hubiera un mañana- dejando un gran charco de agua en la acera.
Al pasar corriendo junto a él, y escapárseme un “vaya tela” el poseedor de la bicicleta no se le ocurrió otra cosa que perseguirme durante unos buenos km para pedirme explicaciones de mi gesto, ya que al cabo de 5 o 10 minutos me lo volví a encontrar durante mi rodaje parado enfrente de mí, soltándome -con un tono educado eso sí- “¿Me podrías decir qué problema tienes?” chico, si tu no lo ves, con tus cincuenta tacos que creo que debes tener, yo ya no sé.
A este paso (mi hijo aún va en pantalones cortos) no sé que nos deparará el futuro (saludos a los negacionistas del cambio climático), pero parece que no cositas no muy buenas.
Se habla mucho de como está creciendo y evolucionando el trail running, de la profesionalización, de las organizaciones, de si se están perdiendo los valores, etc.
Yo no discuto que no sean debates que haya que poner encima de la mesa, pero como esto siga así y a este ritmo, nos quedaremos de aquí cuatro días sin verde y sin montaña.
Se acabarán de golpe el resto de debates.
¿Qué podemos hacer nosotros? poco y mucho. No somos grandes industrias ni grandes productores agrícolas, pero somos muchos, y aunque ya estemos un poco cansados de que siempre las autoridades competentes nos carguen con la responsabilidad de “hacer las cosas bien” (mientras fuera se hacen las cosas mal o muy mal) tenemos el deber de como mínimo, de intentar no malgastar el agua.
¿Y cómo lo hacemos? seguro que a todos y todas si nos paramos a pensar un rato nos vienen a la cabeza unas cuantas maneras de hacerlo, simplemente usando el sentido común.
A continuación os dejamos algunas ideas, pero bienvenidos serán los comentarios para hacer más grande la lista.
1. Reparar fugas: Revisar regularmente grifos, tuberías y depósitos para asegurarse de que no haya fugas. Las fugas pueden desperdiciar grandes cantidades de agua sin que nos demos cuenta. Las fugas en la vía pública ya ni te digo…
2. Instalar grifos y cabezales de ducha eficientes: Optar por grifos y cabezales de ducha de bajo flujo que utilicen menos agua sin comprometer la presión. Esta acción puede reducir significativamente el consumo de agua.
3. Muy obvio, pero no siempre lo hacemos: Cerrar el p*** grifo mientras no lo necesitamos: No dejar correr el agua mientras nos cepillamos los dientes, nos afeitamos o lavamos algún plato.
4. Recoger agua de lluvia ¿por qué no? Instala sistemas, depósitos o recipientes para recoger agua de lluvia. Se puedes utilizar esta agua para regar plantas o para otras tareas no potables en lugar de agua potable.
5. Reutilizar agua: Utiliza el agua que usas para lavar frutas y verduras para regar las plantas.
6. Lavadoras y lavavajillas eficientes: Utilizar electrodomésticos eficientes en el uso del agua. Las lavadoras y lavavajillas modernos suelen ser más eficientes (programas ECO) en el consumo de agua en comparación con modelos más antiguos.
7. Riego eficiente: En el caso afortunado que dispongas de jardín, regar temprano en la mañana o al final de la tarde para evitar la evaporación rápida. Ajustar el sistema de riego para evitar el desperdicio de agua en áreas no necesarias.
8. Utilizar una escoba en lugar de la manguera: En lugar de lavar el patio, la acera -o lo que sea- con una manguera, utilizar una escoba. Esta acción puede ahorrar una gran cantidad de agua.
9. Truco en el inodoro de bajo consumo: Colocar una botella llena de agua en el tanque para reducir la cantidad de agua utilizada en cada descarga.
10. Concienciación familiar: Educar a la familia sobre la importancia de ahorrar agua. Involucrarlos en prácticas de conservación y hacerles conscientes de la necesidad de utilizar el agua de manera responsable.
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Es alarmante leer sobre la grave sequía en Barcelona y cómo afecta tanto a la naturaleza como a la vida diaria. Una escasez de agua que Barcelona enfrenta que es su peor sequía en los últimos 70 años!! Es un claro recordatorio de que cada acción cuenta en la conservación del agua. Me pregunto, ¿Cuando las iniciativas de agua regenerada podrán ser potables? Es que el 95% del suministro de agua de Barcelona depende de la climatología, con solo un 5% proveniente de la desalinización del agua de mar. Está claro que necesitamos mas iniciativas como ésa o seguir consejos como los de éste artículo. Porcierto, muy bueno el artículo! ;)