Habrá milagro. Si no pasa nada, se consumará el milagro el 10 de agosto en París, donde Kenenisa Bekele volverá a participar en unos JJOO 16 años después de su última medalla olímpica en Pekin 2008. Algo al alcance de nadie que no sea él: Kenenisa Bekele.
Se dice y no se cree después de tanto tiempo y una larga travesía de tres JJOO (Londres 2012, Rio 2016 y Tokio 2021). Pero Bekele, que cumplirá 42 años el próximo 13 de junio, fue confirmado ayer, junto a Sisay Lemma y Tamirat Tola, por la Federación de Etiopía para el equipo titular de maratón en los JJOO de París.
En realidad, no podía ser de otra manera después de haber corrido sus dos últimos maratones (Valencia y Londres) en 2 horas y 4 minutos en un ejercicio de orden inolvidable. Esa es la diferencia. Bekele todavía puede ser un seguro a todo riesgo.
Etiopía ha hecho caso al mundo que deseaba ver a este fenómeno en un maratón olímpico. Y esta oportunidad llegará en el tiempo de descuento de su carrera cuando ya casi nadie contaba con esa posibilidad hasta el pasado mes de diciembre cuando Bekele apareció casi en silencio en el maratón de Valencia y salió a hombros del mundo entero.
La noticia se conoció ayer, en el Día del Trabajo, que es la mejor manera de homenajear a un trabajador que marca diferencias: Kenenisa Bekele.
En mi caso reconozco que me faltan las palabras. El recuerdo de sus últimas medallas olímpicas en Pekín, donde fue oro en 5.000 y 10.000, queda tan lejos. 16 años son muchos para la vida y, sobre todo, para la élite. Aún éramos jóvenes y ni se nos ocurría pensar que en 2024 Bekele aún seguiría insistiendo. Pero los genios tienen cosas que los demás no entendemos.
Y esa es la fantástica realidad que hoy debemos celebrar. Hay gente así en el mundo. La película de suspense continúa y en menos de 100 días Bekele llegará al mejor escenario posible. Y lo hará sin cara de susto en el maratón de los JJOO, donde no se mide al más rápido sino al más inteligente.
Y ahí las opciones de Bekele crecen como la espuma. Pero vayamos por partes. Disfrutemos el momento. Carpe diem.