Player ratings from Barca's tricky draw at Athletic Club
Memphis scored the equaliser from nothing after Inigo Martinez put the Basques ahead
Neto 5 - Made a mistake and was saved by De Jong, dodgy kicking
Sergino Dest 4 - Unsure, nervous, not accurate in decision making
Eric Garcia 5 - Bad for the goal and then sent off at the end, but his interpretation of the game is strong
Gerard Pique 6 - Went off injured after half an hour
Jordi Aba 5 - Uncomfortable and could not connect in attack
Sergio Busquets 5 - Never found the space he wanted, trapped in Marcelino’s net
Frenkie de Jong 8 - No time to breathe but took a step forward in the second half, hitting the bar
Pedri 6 - Less involved than usual but knew what to do when the ball reached him. He doesn’t know how to play badly
Memphis Depay 8 - When he gets the ball time stops. Great goal, violently blasted into the top corner
Antoine Griezmann 4 - Got less and less involved, invisible in attack. Lightweight
Martin Braithwaite 4 - Sent the best chance of the first half into the sky
SUBS
Araujo 6
Sergi Roberto 6
Yusuf Demir 6
Emerson Royal 6
Anclado bajo palos, no entendió nunca cuando abandonar la línea de gol para evitar sustos prescindibles. Tuvo suerte cuando Sancet envió el balón al larguero. En la segunda evitó el 2-0 con una, esta vez sí, buena salida y, en la siguiente jugada, tras un disparo de Sancet.
Jugó un primer tiempo difícil de interpretar. Inseguro, nervioso y nada acertado en la toma de decisiones. Obligó a quienes vivían a su alrededor a echarle una mano siempre.
Interpreta el fútbol desde el privilegio que le da entender todo lo que pasa a su alrededor. De eso no hay duda porque aporta calma en momentos de caos y nunca pierde la compostura. Sin embargo, dos acciones marcaron su partido: salió en la foto del gol al sufrir el bloqueo que dejó solo a Iñigo Martínez para abrir el marcador y fue expulsado con roja directa por frenar a Williams cuando se plantaba solo ante Neto a segundos para el final.
Pidió el cambio a la media hora, después de vaciarse ante las embestidas del Athletic. Neto tampoco le ayudó a vivir tranquilo y, mientras estuvo sobre el césped, lo dio todo.
Lekue obligó al lateral a multiplicar la vigilancia desde el primer minuto. Le sometió a una presión asfixiante con balón y sin él, siempre ayudado por Berenguer. Incómodo en todo momento, vivió con el agua al cuello y fue escaso en ataque.
La red que dispuso Marcelino en el centro del campo maniató el fútbol del pivote blaugrana, que tuvo que ingeniárselas para encontrar líneas de pase, tanto para recibir como para darlos. Nunca encontró espacios.
No tuvo ni un segundo de respiro porque el Athletic no daba tregua y tuvo que multiplicarse en tareas de contención, lo que impidió verle con regularidad cerca del área de Agirrezabala. Mediado el segundo tiempo dio un paso adelante, se echó el equipo a la espalda y estuvo cerca del gol enviando, de vaselina, un balón al travesaño.
Menos constante de lo habitual porque le llegaban menos balones, supo intervenir con grandes detalles cada vez que el equipo le necesitaba. Es de esos futbolistas que no saben jugar mal. Koeman le sustituyó durante la segunda mitad.
Cada vez que recibe da la sensación que se para el tiempo. Todo lo que toca lo convierte en algo mejor, diferente y dándole sentido de espectáculo. Suyas fueron las mejores acciones de ataque del Barça, pero no encontró socios. Hasta que dijo basta y se sacó de la chistera un zurdazo que entró con violencia en la portería de Agirrezabala.
Memphis levantaba la cabeza esperando sus movimientos, que fueron de más a menos. Intrascendente en ataque, su aportación volvió a ser mínima, convirtiéndose en un futbolista demasiado ligero, sin peso.
Envió a la grada la mejor ocasión del primer tiempo, un balón centrado por Memphis al corazón del área. Koeman se llevó las manos a la cabeza. No era para menos.
Salió por el lesionado Piqué y dio seguridad al centro de la zaga. Martínez Munuera le anuló un gol al filo del descanso por falta previa, demasiado rigurosa, de Braithwaite. Su acción merecía el gol. Nada más arrancar el segundo tiempo salvó un gol cantado de forma acrobática.
Al centro del campo, se entiende. Cuando saltó al césped el Barça empezó a imponer su juego y llegaron las ocasiones. Suya fue la asistencia a Memphis en el gol del empate tras una gran acción entre dos futbolistas vascos.
Aprovechó la media hora que le dio Koeman para mostrar verticalidad y valentía. Le costó acabar bien sus acciones, pero nunca se le vio débil.
Salió por Dest en los últimos minutos con el objetivo evidente de no complicarse la vida a sí mismo ni al equipo desde el lateral derecho. Pese a ello, se atrevió a aportar también en ataque.
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