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Valverde se va, pero su hermano gemelo se queda

Publicado por
Alfredo Varona
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Esta fotografía de Alejandro Valverde e Imanol Erviti, que abre el artículo, la colgó el Movistar en Lombardia en sus redes sociales bajo un título que lo dice todo: “Inseparables hasta el último día”.

 

E Imanol Erviti añadió: “Más que huella, dejas un socavón”.

Y le pidió a Alejandro Valverde que “por si acaso, no te vayas muy lejos”.

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Porque él,  Imanol Erviti, el gregario de todos los gregarios, el hombre que en noviembre cumplirá 39 años, él sí se queda.

Él, que durante tantos años ha sido la otra mitad de Alejandro Valverde.

Imanol, un tipo de un prestigio rotundo en la profesión y con una popularidad muy chica en el resto del mundo: las cosas de no ganar.

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Sin embargo, su nombre es como una tesis doctoral para todos esos jóvenes que aspiran a ser gregarios.

Imanol Erviti lleva haciendo ése trabajo desde 2006: toda la vida en el mismo equipo abriendo puertas a los demás trabajando detrás de la barra para que todo salga y no falte de nada.

Buen tipo Imanol.

El ciclista que te baja el precio de todos los seguros (y eso sí que no es publicidad).

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Por eso Valverde lo valoraba tanto y lo quiere tanto, toda la gente que está a su lado, en realidad.

En la web del Movistar definen a Erviti como “el comandante”, camino de 18 años de profesional.

Es una de las leyes del equipo.

Y Chente García Acosta lo pone de ejemplo a todo el mundo.

Imanol es un ciclista que nos demuestra que no hace falta ser rebelde para ser querido y que no hace falta ganar para ser feliz, que hay gente que no vale para ganar.

Su madre, por lo visto, le dice que para verle hay que poner la televisión prontito, que cuando viene lo interesante él ya no está. Pero ya se acostumbró la mujer.

Desde los 22 años que lleva su hijo haciendo el mismo trabajo.

Y ahora que Valverde se va e Imanol se queda.

Pero es la vida.

De momento, Imanol sigue ahí y quién sabe donde estará el final: no siempre hay que pensar en los finales (no es una obligación). 

Si hay que pedir un regalo esta Navidad para Imanol, uno pediría que no se marche del ciclismo sin ganar una clásica con todos los tiros que ha pegado en las clásicas.

Por ejemplo, la París Roubaix de donde llegó a salir con una mano rota.

Desde Murcia, Valverde lo celebrará como un regalo de cumpleaños.

Se lo merece Imanol.

El hombre con esa carrocería de 4×4 y con esos cuádriceps y con esa mirada que te promete que en la vida hay algo más importante que una fotografía en el podio: la de no fallarle a nadie o la de tener totalmente dominado tu propio ego.

 

 

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Alfredo Varona