Nibali: ni miedo a ganar ni miedo a perder, ésa es la clave

Publicado por
Alfredo Varona
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A su edad, Vicenzo Nibali representa a un ciclista a largo plazo que siempre se ha sentido mejor de lo que era

– Su madre trabajaba en un videoclub, usted habrá visto muchas películas -le preguntó un periodista tras ganar el Tour de Francia de 2014.

Y Vicenzo Nibali (1984) se echó a reír y habló, sobre todo, de una película que le había marcado:  ‘La leyenda del pianista en el océano’ de Giuseppe Tornatore.

Desde entonces, se estableció un paralelismo entre el protagonista de esa película (un niño huérfano que vive en un barco y que resultó ser un prodigio para la música) y Vicenzo Nibali (un ciclista que siempre se ha sentido mejor de lo que era).

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Eso es lo que nos han contado de él. Así pasará a la historia.

En un mundo, en el que todo va tan deprisa, Nibali es más que un ciclista italiano nacido en Messina. Es un orgullo para todos los que nos gusta el ciclismo.

Para una web tan joven como Bicio, Nibali también es una descomunal fuente de inspiración.  

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En un mundo cada vez más joven, Nibali sujeta la motivación como si fuese Pepe Domingo Castaño y su libro: ‘Hasta que se me acaben las palabras’.

A miles de kilómetros de distancia, su biografía forma parte de la nuestra, que somos las gentes que decidimos amar el ciclismo: la opción más convincente que encontramos desde niños.

Mientras escribíamos de él, nos hemos hecho mayores. Nos ha dado tiempo para terminar la carrera, para ascender en la empresa, para tener hijos y hasta para pagar la hipoteca.

Lo llamamos ‘El Tiburón’ lo que es una manera de reconocer a un ciclista total, capaz de pelear hoy por la Milán San Remo y mañana por el Tour de Francia.

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Su biografía nos recuerda que,  si amas lo que haces, eres un triunfador y que, si ya no ganas como ganabas antes, no pasa nada: sigues amando lo que haces.

Hay demasiadas maneras de explicar a Nibali: una de ellas es la wikipedia.

La otra, que a mí se me ocurre, es más emotiva y regresa a aquel Tour en el que un hombre como él,  que ya lo había ganado todo, subió los últimos 4 kilómetros a Alpe d’huez con una vértebra rota: lo había tirado una moto de la organización (sin querer, faltaría más).

Pero también podría recordar uno de los ataques de su vida en la Lombarda a Esteban Chaves que le valió para ganar el Giro 2016 y que Nibali resumio como si fuese Tornatore:

-Ataqué sin miedo a ganar, sin miedo a perder también – explicó.

Nibali es un ciclista de años: mi primer recuerdo viaja hasta aquel Tour de Francia de 2009 que ganó Contador y  en el que entre Wiggings, Kloden y Franck Scheleck lo sacaron a él (séptimo clasificado) del ‘top 5’.

Tenía 24 años pero entonces aún no se concebía que un ciclista de 20 o 21 años pudiese ganar el Tour.

Nibali era un ciclista muy joven, perfecto heredero de Iván Basso.

De ningún modo podíamos imaginar entonces que en 2022 continuaríamos escribiendo de él.

Nibali acaba de volver ahora al Astana y, a los 37 años, se habla de su liderazgo compartido con Miguel Ángel López.

Vicenzo Nibali es el único ciclista en activo, junto a Froome,  que ha ganado las tres grandes: Vuelta, Giro y Tour.

Su última grande fue el Giro de Italia 2016 pero el genio, que lleva dentro, asoma en el momento más inesperado (segundo clasificado en el Giro del 2019).

Con Nibali es preferible no hacer planes (todavía).

No pienses en el punto y final (todavía quedan muchos puntos y aparte).

El otro día cuando leía sus declaraciones en este regreso suyo a Astana me animé a comprenderlo todo.

“Sólo quiero correr sin preocupaciones, divertirme con lo que hago”, añadió.

Después, me sentí pedaleando con él, deseando que le vaya bien.

Nibali es un ciclista casi contemporáneo de Contador que en estos 16 años, desde que pasó a profesionales, ha cruzado multitud de generaciones y que aún sigue en pie de guerra. 

Su última victoria en el Giro de Sicilia este último otoño, en ese mano a mano con Alejandro Valverde, nos ha animado a pedir aún más.

El tiempo dirá pero cuando he empezado a escribir este artículo he repasado la lista de ciclistas italianos que he visto competir desde la infancia: Moser, Visentini, Bugno, Chiapucci, Pantani, Basso….

Y entre todos ellos me parece que me quedo con Vicenzo Nibali, que no es precisamente el más mediático.

Pero la popularidad, a diferencia de la inspiración, no siempre lleva razón.

 

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Alfredo Varona