Sí, es Marc Soler entrando en meta y ganando una grande / Foto UAE Team Emirates
Jornada histórica para el ciclismo Español. 668 días y 121 etapas después, Marc Soler rompió el maleficio y ganó en una grande. Recordaremos la quinta etapa de la Vuelta a España.
Una etapa con salida en Irún en el que se pasaban 5 puertos (de segunda y tercera categoría) con dos pasos por el Alto del Vivero (4,6 kilómetros al 8%) y con una carretera pintada del naranja color Euskaltel-Euskadi, qué bonito.
Etapa con un inicio rápido, muy rápido, con medias de 50 kilómetros por hora hasta que sobre el kilómetro 80 se generó al fin una fuga con el beneplácito del Jumbo-Visma. Visto bueno del jefe de filas a la cesión del maillot rojo a un pretendiente no peligroso para la clasificación final de La Vuelta (que fue a parar a Rudy Molard).
Marc Soler, ese corredor con una calidad indiscutible pero con un rendimiento irregular -cuando iba enfundado del maillot del Movistar- se le escapó la fuga, y tuvo que marcharse en solitario para darle caza, en una misión imposible (la tenía a dos minutos), pero lo consiguió, y a lo grande.
En el último puerto, cuando el corredor del Reino Unido Jake Stewart se había ido a pocos segundos, lo alcanzó y se marcó los últimos 15 kilómetrazos aguantando un margen de 8-9 segundos, en un emocionante y trepidante final.
“Matxin (Team Manager UAE Team Emirates) Me dijo que en la subida tendría la oportunidad de estar a la altura de los líderes, lo hice y al final fui a por la victoria, estoy muy contento”
Marc Soler venció en una llegada agónica (4:15:23) a 44 km/hora de media y con dos segundos de ventaja sobre los tiburones que habían olido a sangre, pero que no supieron (ni pudieron) morder y dar caza a Marc.
Soler ganó en plena semana grande y fiestas en Bilbao. Seguro que también fueron fiestas en Vilanova, en casa de Marc, que también, un poco, fue la nuestra por un día.