La limpieza de la bicicleta de montaña, esencial para mantener su eficiencia

Publicado por
Joan Zamora
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Uno de los aspectos más importantes cuando se tiene una bicicleta de montaña es cuidar su limpieza y que esté impecable. Aunque no lo parezca, el hecho de limpiar o no la cadena, los cambios o las ruedas es lo que puede marcar la diferencia en el rendimiento durante una jornada ciclista. Por otro lado, se reducirá el desgaste y la bicicleta tendrá más durabilidad.

La arena de los caminos de tierra o de montaña se puede convertir en una fina grava que se incluye en los elementos de la bicicleta y especialmente en la transmisión y provoca un deslizamiento de los engranajes.

Para evitar estos errores, y si ya has leído nuestra guía de las tareas rutinarias de mantenimiento, os dejamos unos consejos para tener la bicicleta limpia y cuidada:

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Si has rodado por carreteras de polvo, un enjuague rápido te bastará para limpiar la capa fina de polvo que normalmente no damos importancia pero siempre se incrusta tras un recorrido.

Pero si tu ruta es más larga, te has adentrado por caminos de montaña o has disputado una carretera de gravel deberás invertir más tiempo…

Proceso de limpieza

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Primero, hace falta añadir junto al agua un jabón diluido o multiusos que no sea agresivo o el porcentaje adecuado del limpiador específico para bicicletas, el cual se aplica de arriba a abajo sobre la bicicleta.

Para una mayor comodidad hay que quitar antes los elementos que se pueden dañar con el agua (GPS, bidones y luces).

Limpiar la bicicleta se convierte en todo un arte

Además, si se usa un grupo electrónico con baterías externas, como el SRAM RED eTAP o Shimano Di2 debes retirarlas porque se pueden deteriorar. Se recomienda limpiar las ruedas y el cuadro por separado.

Después de dejar actuar unos minutos, con un cepillo duro, se puede ir retirando la suciedad más dura, sobre todo en la parte interior de los frenos.

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Al final es mejor secar el agua con una toalla vieja o trapos, ya que así no habrá restos de cal. En este paso no debería dar el sol directamente a los componentes.

Una vez finalizada la limpieza habrá que volver a colocar todos los elementos de la bicicleta y aplicar un abrillantador en el cuadro y la horquilla. Así volverá a tener el mismo brillo que cuando la compraste. También, lubricar todas las partes para que funcionen correctamente.

Consejos específicos


Cuadro

Para quitar la suciedad del cuadro es ideal la manguera, pero el cepillo será mejor para limpiar el manillar, los tirantes, la dirección, la tija del sillín y los frenos.

Transmisión

La transmisión (platos, desviador, cambio, casete y cadena) es la parte más sensible de la bicicleta porque es una pieza móvil y que está más expuesta a las variaciones del tiempo.

Si no se cuida se pierde eficiencia y rendimiento. Por eso, si tiene suciedad muy grasienta, se deberá limpiar con diferentes cepillos y aplicar el desengrasante tras pasar un cepillo con agua caliente. Luego, se deberá aclarar con agua y jabón.

Este mismo proceso se deberá hacer para loas bielas y desviadores. Antes, es preciso colocar la cadena en el piñón pequeño y en el plato más grande para que esté templada.

Cadena

Se debe usar un desengrasante para quitar el lubricante incrustado en la cadena. Después hay que lavarla, secarla y volver a aplicar lubricante para que no pierda su potencia.

Frenos de disco

Los frenos de disco hay que limpiarlos con productos específicos como el alcohol metílico y luego secarlos con un trapo limpio. El primer paso es retirar la grasa, el aceite, el polvo y la suciedad para que no haya ningún residuo. Después, se deberá enjabonar para evitar la contaminación de las pastillas y el rotor.

Ruedas

Los productos químicos no son adecuados para las llantas y los neumáticos. Lo primero que hay que hacer es quitar las piedras pequeñas y el barro con un cepillo duro. A continuación, se tiene que limpiar desde la válvula hacia las ruedas y los radios.

Es importante dedicar unos segundos a limpiar la pista de frenado.

Limpiar una bicicleta puede resultar costoso a veces, pero es tan sencillo como utilizar los materiales adecuados y centrarse en aquellos detalles que a simple vista no se ven. Sobre todo hay que separar las piezas y hacer la limpieza asegurando que no estamos dañando ningún otro elemento de la bicicleta.

Para seguir disfrutando del ciclismo de montaña, un mantenimiento periódico dará una vida más larga a tu bicicleta.

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Joan Zamora