En Cauterets, Egan Bernal perdió hasta la camisa y llegó a meta a más de 9’00”. Pero lo importante es que vuelve a estar aquí, en el Tour de Francia: entre nosotros.
El resultado es que ahora es 25º en la general a 15’48” del líder del Tour de Francia.
Lejos, muy lejos incluso del ‘top ten’.
Ya mejor ni pensarlo.
Pese a ello, Bernal es el ciclista colombiano mejor situado en el Tour. Porque los siguientes son Harold Tejada (33º a 25’03”), Daniel Felipe Martínez (49º a 41’40”), Esteban Chaves y Rigoberto Uran.
En resumen: quién le ha visto y quién le ve al ciclismo colombiano.
Pero con Bernal no hay que ser tan exigentes. Lo primero porque es un milagro que vuelva a estar en el Tour. Y es lo que hay que valorar después del grave accidente que sufrió en enero de 2021 y que casi le cuesta la vida.
En aquel momento, ni siquiera él se imaginaba que iba a volver a subirse encima de una bicicleta. Por lo que, por ahora, hay que olvidarse del ciclista que lo ganó en 2019.
Él mismo, a pesar de su currículum, acepta trabajar para su compañero de equipo, Carlos Rodríguez, en el Ineos. Y no se le caen las medallas por hacerlo. Al contrario. Habla con una humildad admirable.
Aún es prematuro para pensar si volverá a ser el de antes, aunque su edad (26 años) se preste a esa idea. Y viéndole liderar el pelotón, a falta de 10 kilómetros de la subida en Cauterest, está claro que Bernal no va a rendirse fácilmente.
Egan hoy es un superviviente. El ciclista que lucha por algo más importante que ganar. Lucha por volver a encontrar su sitio.
E, independientemente de lo que pase en el Tour, eso es lo más importante en una época tan difícil para el ciclismo colombiano. Así que no todo es tan negativo. También hay que esforzarse por ver lo positivo.
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Egan Bernal es un milagro. Y por eso a la vuelta de un año habrá recuperado todas sus condiciones. Este tour es el laboratorio para encontrarse consigo mismo.