Que el ciclismo es duro lo sabemos todos. Que es muy duro también, pero lo que no todo el mundo sabe, y muchos son los ciclistas profesionales que se empeñan en afirmarlo, es que las clásicas de primavera son con diferencia, las carreras más agónicas y exigentes de todo el año.
La tensión, la altísima velocidad, el kilometraje los abanicos, o la colocación son elementos de tremendo desgaste para unos ciclistas que, a diferencia de lo que sucede en otras carreras, en ocasiones tienen que emplearse a tope desde la salida sino quieren ver como pierden cualquier opción al triunfo.
Este fin de semana en la Gante Wevelgem y como antesala del espectáculo que se avecina el próximo domingo con el Tour de Flandes pudimos un buen ejemplo de ello.
Wout Van Aert se llevó la victoria después de recorrer los 250 kilómetros de la prueba en apenas 5 horas y 45 minutos. Un tiempazo teniendo en cuenta no solo que parte de la carrera transitaba por terreno adoquinado, sino también a merced de unas importantes rachas de viento que seleccionaron la carrera mucho antes de lo esperado.
El grupo de favoritos que finalmente se jugaría la victoria al sprint rodó todo el día a una altísima velocidad. El pelotón era incapaz de recuperarles tiempo y es que el esfuerzo físico de los fugados fue tremendo.
Un esfuerzo que paso factura a Sam Bennett. El sprinter irlandés, que había entrado en el corte bueno de la jornada y que con el permiso de Van Aert era favorito en un hipotético sprint, veía como a poco más de 30 kilometros para la línea de meta su cuerpo decía basta.
El ciclista del Deceuninck Quick Step, que ha empezado el año tremendamente fuerte con 5 triunfos era incapaz de seguir el ritmo del grupo y empezaba a vomitar encima de la propia bicicleta.
El propio ciclista reconoció posteriormente, que el esfuerzo fue máximo durante todo el día y que tuvo que comer tanto durante la carrera que su estómago no fue capaz de asimilar todos los alimentos.
No es la primera vez, ni seguramente la última en la que vemos a un deportista de resistencia vomitar en plena competición. En el mundo del atletismo, más concretamente en la disciplina del maratón es habitual ver colapsos y pájaras como las del siguiente video