El pelotón durante una etapa de la ronda española Foto: LA Vuelta
Los ciclistas de la Vuelta a España han tenido este lunes su primer día de descanso en la Vuelta a España. Pero, también ha servido como día de reflexión para la organización.
Si hay un aspecto que ha destacado hasta ahora, dejando de lado la estricta competición, es la manera en cómo se han gestionado los imprevistos y cómo se han tomado ciertas decisiones.
En cada etapa, la organización no ha estado exenta de recibir alguna crítica sobre las decisiones que ha tomado.
Desde una contrarreloj inaugural que se vio estropeada por la lluvia y en la que apenas se podía reconocer el recorrido por falta de luz, hasta recortar los puntos de cronometraje de dos etapas por condiciones “adversas”.
Algunos exciclistas se ha pronunciado, como Johan Bruyneel que se plantea si son “decisiones estúpidas?”. O Álvaro Pino que ve algo ‘blanditos’ a los ciclistas y organizadores actuales.
Así, las medidas se han puesto a debate, como la del domingo en la etapa 9. Se recortó el recorrido y se tomaron los tiempos a 2,6 kilómetros de meta por precaución.
Se instaló una “meta” que constaba de unos conos con el director técnico de la carrera, Fernando Escartín, con una bandera amarilla sobre una valla, y la juez de cronometraje, María José Calvo, tomando tiempos con libreta en mano.
Ciclistas como Enric Mas alabaron que se tomen estas medidas si el objetivo es preservar la seguridad de los profesionales: “Tal vez estamos acostumbrados a no mirar por la seguridad de los ciclistas, pero somos personas”.
Los ciclistas también se han pronunciado sobre algunas otras medidas, como el traslado hacia Valladolid para afrontar el día de descanso. Varios ciclistas llegaron a la ciudad de madrugada tras varias horas de autobús, ya que no lo pudieron hacer en avión debido al mal tiempo.
Romain Bardet ha lamentado en Instagram estos imprevistos de última hora, “Creo que es el karma por realizar traslados en avión durante una gran vuelta en 2023… tiempo para cambiar”.
Parte de estas decisiones pueden recaer encima de las espaldas de ASO, la compañía francesa propietaria que compró la Vuelta a España en 2014. Unipublic es la empresa que a través de ASO se encarga de organizar la ronda española. Esta es la crítica lanzada por el mismísimo Pello Ruiz Cabestany.