Foto: A.S.O.
En 2020 el mundo paró de golpe. Las mascarillas, las PCR y los geles hidroalcohólicos se instalaron en nuestras vidas y ocupaban muchas horas de nuestras conversaciones.
A nivel ciclista amateur, nos obligaron a no salir en bicicleta durante una buena temporada. Mucha gente descubrió el rodillo o la bicicleta estática, e incluso ahora son defensores acérrimos de ellas. Incluso llegamos a competir con ciclistas de la otra punta del planeta gracias a videojuegos de entrenamiento como Zwift.
A nivel profesional, cuando volvieron las competiciones, se impusieron una serie de normas para evitar contagios dentro del pelotón que echaran por tierra toda la carrera. Controles continuos, separación de aficionados, prensa, técnicos, corredores, mascarillas… El ciclismo se convertía en uno de los deportes con más restricciones y que duraron más tiempo.
Tanto es así, que todavía este año, cuando el peligro al Covid-19 se ve lejano, todavía se mantenían protocolos de contención de la enfermedad.
El Protocolo Covid-19 fue introducido por la UCI en junio de 2020 y desde entonces se ha ido adaptando periódicamente a la situación de la pandemia. La medida que muchos tacharon de radical, permitió que las carreras en ruta se reanudaran rápidamente, incluso cuando en muchos países la enfermedad estaba en el punto álgido de la pandemia.
La enfermedad no ha desaparecido, pero gracias a la inmunidad de grupo y las vacunas hemos conseguido frenar tanto su virulencia como su mortalidad. “las formas de la enfermedad siguen siendo relativamente leves, incluso en personas de riesgo” apuntaban desde la UCI.
Precisamente esto ha hecho que la UCI elimine definitivamente el protocolo Covid a partir de 2024.
“Las personas que dan positivo ya no están obligadas a aislarse, pero la continuación de las medidas de barrera sigue siendo esencial. Estas son responsabilidad de los médicos del equipo como parte de la prevención estándar contra las enfermedades infecciosas respiratorias”, explicaban en un comunicado.
En palabras del presidente de la UCI, David Lappartient, “la salud, la seguridad y el bienestar de nuestros ciclistas son de suma importancia. Por eso la UCI trabaja continuamente para responder a nuevas situaciones y adaptar sus protocolos al entorno cambiante en el que evolucionan los ciclistas”.
Lo dicho: Adiós Covid-19, esperamos no volver a verte nunca.