No es frecuente que un portero celebre una parada como si fuese un gol propio, a menos que sea un penalti: Marc André ter Stegen lo hizo en Mallorca. La ocasión lo merecía, porque el Barça ganaba y la meteórica parada del alemán, brazo de hierro ante el disparo de Costa en el tiempo añadido, sirvió para asegurar la victoria en Mallorca.

Las claves de la resurrección de Ter Stegen (leer noticia)