La historia del Barça

Rodri II empezó parando... ¡piedras!

Empezó parando piedras y no balones en los descampados del barrio de Gracia. Sin sitio en el Barça, por la presencia de Ramallets, se hizo un nombre en el fútbol

Una imagen de Rodri II con la camiseta del Barça. Con el primer equipo jugó cinco partidos, todos de Liga (Elche, Espanyol, Zaragoza, Mallorca y Oviedo)

Una imagen de Rodri II con la camiseta del Barça. Con el primer equipo jugó cinco partidos, todos de Liga (Elche, Espanyol, Zaragoza, Mallorca y Oviedo) / Familia Rodríguez

David Salinas

David Salinas

Andrés Rodríguez Serrano, conocido deportivamente como Rodri II, para diferenciarse del defensa Paco Rodri, que también jugaba en el FC Barcelona y había debutado en 1958, fue un guardameta que nació para jugar de portero. Vio la primera luz el 18 de agosto de 1941 en la calle de ca l’Alegre de Dalt de Barcelona y, desde pequeño, ya mostró maneras para jugar al fútbol. Aunque por aquel entonces sin porterías, ni balones. El pequeño Andrés practicaba parando... ¡piedras! Y su madre no se cansaba de decirle que era “un suicida”, que un día acabaría “abriéndose la cabeza”. Como no podía ser de otra manera, esto último sucedió en más de una ocasión para sobresalto de sus padres.

Hijo de Antonio Rodríguez Luque, natural de Granada, y María Pilar Serrano Ventura, de Pedrola (Zaragoza), Rodri II despertó la curiosidad de Josep Boter, entonces en la secretaría técnica del club, por su altura (1,82 m) y agilidad. Se lo llevó al Barça del CARSA (Club de Aprendices de la RENFE de Sant Andreu), donde jugó entre los años 1956 y 1958 en el equipo juvenil, el de la empresa y en Primera Regional. Estudiaba para acceder a la escuela de aprendices.

Etapa culé

Rodri II llegó al FC Barcelona la temporada 1958-59 y, con el Juvenil A, fue campeón de España, llegando también a la Selección Catalana y Nacional de la categoría. El curso 1959-60 estaba ya en el Amateur, pero el Barça lo cedió al Sabadell, entonces en Segunda. La campaña siguiente, 1960-61, dio el salto al primer equipo. Había llegado el momento más esperado. Sin embargo, con los profesionales, Rodri II jugó poco. Solo cuatro partidos de Liga y un puñado de amistosos. Y es que con Ramallets por delante (fue su suplente en la final de la Copa de Europa celebrada en Berna, en 1961), la titularidad era inalcanzable.

Debutó oficialmente con 19 años en Elche el 23 de octubre de 1960. No lo hizo desde el inicio. El Barça empataba 1-1 en Altabix y Ramallets se lesionó en el minuto 85. Tuvo que salir del terreno de juego en camilla. Rodri II, sin calentar apenas, saltó al ruedo y, unos instantes después, encajó el gol de la derrota. El balón, dicen las crónicas de la época, se le escurrió de las manos.

“Me ha quitado el sueño. He pasado malos ratos. Y eso que los compañeros y el entrenador me han animado. Tres minutos, un gol y a la ducha. Es para abrumar al más pintado”, dijo el portero días después a la prensa.

Rodri II, viendo que las oportunidades de jugar en el Barça eran prácticamente nulas, optó por irse. Aunque le doliera. Su sueño siempre había sido jugar en el Camp Nou, pero sabía también que quedándose el tiempo siempre jugaría en su contra.

La temporada 1961-62 la empezó en el Racing de Santander en calidad de cedido por el FC Barcelona y la terminó, también como cedido por el Barça, en el marco del Igualada. La campaña siguiente, 1962-63, ya con la carta de libertad en el bolsillo, fichó por el Levante, equipo con el que logró el ascenso a Primera División. Con la entidad ‘granota’ jugó la temporada 1963-64 pero no alcanzó el objetivo de la permanencia. Empezó el ejercicio 1964-65 en el equipo valenciano, en Segunda, pero lo finalizó en el Zaragoza, en Primera. A Rodri II el fútbol le daba una nueva oportunidad para mostrarse: jugar en el conjunto de La Romareda. Allí permaneció hasta el curso 1967-68.

El fútbol lo llevó entonces a Valladolid (temporada 1968-69), en Segunda División. Y después pasó por la portería del Xerez Deportivo (1969-70 y 1970-71), donde consiguió el ascenso a Segunda División en la segunda campaña.

Adiós al fútbol

Colgó los guantes con la satisfacción de un nuevo ascenso, ahora a Tercera, con la UD Barbastro (temporada 1971-72). Sin embargo, lo de colgar los guantes fue algo simbólico porque Rodri II nunca los usó, hecho que le provocó varias luxaciones en los dedos. Empezar parando piedras en los solares de su barrio hizo que no tuviera miedo a nada. Además, sin guantes se sentía más seguro...

Después del fútbol se incorporó a la vida laboral de la mano de la empresa Fomento de Obras y Construcciones, en Zaragoza, donde entró en el mundo de la ingeniería.

Casado desde los 21 años con María García Merchán (tenía 19 y falleció hace un tiempo), tiene cuatro hijos: María Pilar, Esther, Cristina y Andrés. Actualmente vive en Zaragoza, donde se recupera de un ictus, aunque también tiene una residencia en Vinaroz.

Con 80 años, Rodri II, con diez nietos a su alrededor, sigue siendo un gran barcelonista. Un hombre que nunca ha dejado de seguir a su equipo del alma. Lloró cuando el Barça ganó la Copa de Europa en Wembley... Hasta allí llega su barcelonismo. Andrés sigue cultivando valores como el trabajo, el esfuerzo, la humildad, la dedicación y la valentía, como la que ya tenía cuando era pequeño, parando las piedras como si fueran balones en los entonces inhóspitos descampados de su recordado barrio de Gràcia.