La Historia del Barça

Basilio: Nunca congenió con Samitier

Los roces con el técnico fueron insalvables. Solo actuó una temporada en Les Corts. Era un delantero centro con recursos, que basculaba y abría espacios

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Basilio Nieto, en Les Corts. El valenciano jugó la Copa 1943-44 y la temporada 1944-45 con la camiseta del FC Barcelona. / sport

David Salinas

Nunca ha sido fácil ser delantero centro en el FC Barcelona. O marcas goles o... Esta fue, a modo de resumen, la experiencia de un afamado ariete que aterrizó en Les Corts a finales de la temporada 1943-44 para jugar la  Copa de España con la camiseta barcelonista, pero que no pudo demostrar su gran calidad. Basilio Nieto Barranco (Valencia, 8 de agosto de 1916) fichó por el FC Barcelona de Pepe Nogués, primero, y Josep Samitier, después, procedente del CD Castellón para reforzar una línea donde la competencia era realmente despiadada en aquellos tiempos en busca del relanzamiento: César Rodríguez, Mariano Martín, Josep Escolà, Josep Valle... Basilio llegó junto a Corró y Calo (hermano de César) como refuerzo para ese torneo de Copa.

Basilio empezó su idilio con el fútbol en el Instituto Luis Vives de Valencia. Cuentan que empezó jugando de portero... Jugó después en un equipo de barrio, el Exposición, donde ya destacaba como delantero y su efectividad no pasó desapercibida por el Valencia, que lo incorporó al equipo infantil para que siguiera creciendo. Y así lo hizo. En una temporada alcanzó la cifra de 45 goles.

La proyección de Basilio era inmejorable. Lo tenía todo para convertirse en una referencia. Pero estalló la guerra civil y fue movilizado. Lo destinaron a Caldetes (donde conocería a su futura esposa) y después a Córdoba. En esta etapa jugó en equipos militares y la idea de convertirse en profesional no era una de sus prioridades. La vida no estaba para sueños. Se imponía la dura realidad. Acabada la guerra, fue destinado a Valencia y allí unos amigos lo convencieron para que se enrolara en el equipo local, donde ya le conocían de su etapa infantil. Empezó la temporada 1939-40, pero solo jugó dos partidos de Liga. La presencia del ariete Mundo (y otros pesos pesados de la plantilla) le cerraba las puertas en Mestalla y Basilio no dudó en aceptar una cesión al Olímpico de Játiva.

Más tarde el Ejército lo destinaría a Castellón y allí fichó por el conjunto blanquinegro, que le ofreció 5.000 pesetas de ficha y un sueldo de 300 pesetas al mes. Imposible negarse en aquellos tiempos a semejante oferta. Y Basilio 'explotó' deportivamente en Castellón. No era el típico '9'. Era un delantero de una gran movilidad, que jugaba con la cabeza siempre levantada, no renunciando nunca a caer por banda o bascular entre líneas para despejar el campo.

En su primera temporada en el Castellón (1940-41) logró el ascenso a Primera División. Siguió jugando en el equipo de El Sequiol tres años más, hasta el ejercicio 1943-44. Durante este tiempo se convirtió en un verdadero ídolo para la afición local. Se le reconocía, además de su talento, la entrega y una gran humanidad. Su marcha al Barça, puramente por razones económicas, fue muy sentida.

El FC Barcelona fichaba un delantero centro especial, de los que además de no arrugarse nunca (herencia que le llegó seguramente de sus padres, ambos originarios del norte de la Península), siempre tenía recursos sobre el campo. Debutó en Les Corts a finales de la temporada 1943-44 en un partido de Copa contra el Constancia de Inca. Sin embargo, entró con mal pie. El Barça fue apeado del torneo del KO después de eliminar al conjunto balear (0-0 y 4-1) por el Sevilla: 5-2 en Nervión y 1-1 en Barcelona.

La llegada de Josep Samitier al banquillo del Barça la siguiente temporada, 1944-45, abría nuevas expectativas a Basilio, pero la verdad es que nunca congeniaron. “Le hacía la vida imposible”, recuerdan los que vivieron de cerca esa etapa. Al técnico nunca le gustó su juego. Prefería delanteros a la vieja usanza, como él, depredadores del área, que no perdieran la posición y no se aventuraran a experimentar por banda. A Basilio le pusieron la cruz.

La prueba de que Basilio no era santo de la devoción de Samitier la encontramos en sus estadísticas: solo jugó cuatro partidos de Liga. Además, entre la jornada 5 y 8, con un balance de dos victorias (Sabadell y Sporting de Gijón), un empate (Murcia) y una derrota (Real Madrid). Ya no volvió a jugar después de hacerlo contra el equipo madrileño, el 12 de noviembre de 1944.

Pero pese a los problemas con el entrenador, Basilio siempre tuvo un bonito recuerdo de su paso por el FC Barcelona. Tuvo la oportunidad de seguir creciendo como jugador y experimentar sensaciones únicas. Hizo muchos amigos durante este tiempo debido a su gran humanidad.

Regresó al CD Castellón, donde la hinchada lo recibió con los brazos abiertos después de abrirle, incluso, una cuenta bancaria 'Pro-traspaso Basilio'. Jugó dos temporadas en el club que siempre llevó en lo más hondo de su corazón (1945-46 y 1946-47). La temporada 1947-48 volvió a Barcelona, pero ahora para defender la camiseta del RCD Espanyol, aunque jugó la Copa de esa temporada otra vez con el CD Castellón. Rondaba ya los 32 años y regresó otra vez a Catalunya. Su destino fue el CD Sabadell (1948-49). Todavía alargó un año más su carrera, ahora en la Balompédica Linense (1949-50). Jugó un total de 176 partidos oficiales, en los que anotó 122 goles.

Después de colgar las botas fijó, definitivamente, su residencia en Arenys de Mar, de donde era su esposa, Isabel Soler. Del matrimonio nacieron dos hijas: María Isabel y María del Carmen. En la localidad costera entró en el negocio del jabón y la lana y, tiempo después, se adentró en el de la perfumería, este último con gran éxito.

También encontró momentos para seguir vinculado al fútbol, su pasión, concretamente como entrenador. Entre los equipos catalanes que tuvieron el privilegio de contar con sus enseñanzas destacaron el Gavà, Mataró y Arenys de Mar. Y con las tres entidades alcanzó importantes logros. También fue segundo de Manuel Cruz en su querido Castellón (1958-59), pero esta aventura no tuvo un final feliz.

Basilio fue un jugador que, pese a tener un paso fugaz por el FC Barcelona, dejó una profunda huella entre la afición por no dejarse nunca nada en el campo y mostrar otra manera de jugar. Pudo ser internacional por España en una ocasión, contra Suiza en Mestalla (3-2), pero no salió en el once titular y como no había cambios. Murió en Arenys de Mar el 7 de noviembre del  los 91 años.