El plan es protegerse y encomendarse a Messi

Setién plantea un cambio táctico ante el Bayern

Setién plantea un cambio táctico ante el Bayern / sport

Lluís Mascaró

Quique Setién ha decepcionado a todos aquellos que vieron en él un apóstol del ‘cruyffismo’. Su discurso radical se esfumó el día después de pisar el Camp Nou y cayó en la trampa de las jerarquías de vestuario. El miedo a perder fue más grande que la ambición por ganar y la revolución que necesitaba el Barça se quedó en nada. De ahí la frustración de una parte de la afición que creyó en la (¿última? ¿penúltima?) apuesta de Bartomeu para el banquillo blaugrana.

Hoy, Setién es un entrenador superado por los acontecimientos y totalmente entregado a las ‘vacas sagradas’. Tanto que ya plantea el partido de cuartos de final de la Champions ante el Bayern con un 4-4-2. El regreso, tras la sanción, de Busquets y Arturo Vidal avalará el cambio de sistema, provocado por el pánico a que la locomotora alemana arrolle el centro del campo culé. El objetivo es protegerse y encomendarse a Messi. No es una táctica muy valiente ni tampoco muy original, pero se antoja la única posible ante la superioridad física y futbolística del conjunto bavaro.

El ‘factor Messi’, como decía ayer, será determinante en ataque. Pero en el recuerdo siguen demasiado vivas las imágenes de Roma o Liverpool, donde este mismo Barça fue literalmente atropellado por italianos e ingleses. El dolor que produjeron esos dos fracasos se mantiene, por eso Setién quiere minimizar los riesgos, como ya hizo en la segunda parte ante el Nápoles. El problema es que el Barça no sabe defenderse sin el balón, nunca lo ha hecho. Y cuando lo intenta, acostumbra a salir mal parado.

Por eso, el remedio, ante el poderoso Bayern, puede ser peor que la enfermedad. Pero no adelantemos acontecimientos. Quedan 72 horas para el partido que debe servir para cambiar el signo de la temporada. El Barça solo ha ganado Champions jugando muy muy muy bien. Puede que ahora aprenda a ganarlas jugando peor. Es la esperanza que les queda a los culés.