La increíble historia de superación de Musa, un peligro para Messi

Ahmed Musa es un 'currante' del fútbol, un jugador hecho a sí mismo y dotado de una extraordinaria velocidad que en muchas ocasiones no se ve acompañado por otros aspectos del juego.

Otro de los aspectos importantes es su personalidad. Capaz de sonreír hasta en los momentos más delicados, ese carácter positivo le ha permitido labrarse un lugar en la gloria del fútbol ruso y ahora en las 'Águilas Verdes' nigerianas. 

De hecho, se ha convertido en la gran amenaza para la Argentina de Leo Messi, que necesita la victoria este martes a las 20.00 h (una hora más en San Petersburgo) en el Krestovski frente a los africanos si no quuiere despedirse del Mundial a las primeras de cambio.

En una perenne situación compleja a nivel económico, el CSKA Moscú trató de buscar refuerzos en ataque en 2012 para formar pareja con Seydou Doumbia ante la marcha del brasileño Wagner Love al Flamengo.

un fichaje barato

El director deportivo armetsi', Roman Babaev (un experto en encontrar 'mirlos blancos'), se fijó en Musa, un jugador que tan solo había disputado 37 partidos en dos temporadas en la Eredivisie holandesa con un bagaje de ocho goles.

El precio del traspaso fue de cinco millones de euros y llegó en enero de 2012 (por entonces la Premier Rusa ya iba de verano a verano). 

Enseguida se pudo ver en el CSKA que Musa era un velocista al que costaba Dios y ayuda mirar a los compañeros mientras conducía la pelota o realizar un pase de gol en el momento ideal. Erraba casi siempre a la hora de tomar decisiones, un enorme pecado para un atacante.

musa, a la escuela

En su primera temporada y media en el CSKA, sus cifras fueron realmente lamentables (¡solo dos goles!) mientras su entrenador, elexseleccionador ruso Leonid Slutski, aseguraba que era necesario "enseñarle a jugar y a decidir qué hacer en cada momento".

Pese a ello, Slutski confiaba en que Musa podría ser un gran jugador de futuro y se convirtió en su gran valedor. El nigeriano se hartaba de fallar goles cantados, pero aún así se dejaba la piel en cada partido y gozaba de muchos minutos... casi todos. 

A base de aprender de los errores, su rendimiento fue en aumento y terminó el curso 2013-14 con siete tantos... más del triple que en su primera temporada y media en el club moscovita.

El invierno de 2014 fue decisivo para Ahmed Musa. Tras un fugaz regreso de cinco meses, Wagner Love se marchó al fútbol chino y Yevgeni Giner (presidente del CSKA) también apostó por la continuidad de Musa.

la eclosión del nigeriano

Y el cambio fue radical. De la mano de Slutski, Musa se convirtió en una de las estrellas del torneo ruso con 10 goles en la campaña 2014-15 y 13 en la siguiente.

Esos registros y la necesidad de hacer caja del CSKA le permitió emprender la aventura inglesa para enrolarse en el Leicester, club que acababa de lograr la proeza de alzar la Premier de la  mano del italiano Claudio Ranieri.

La operación se cerró en 19,5 millones de euros, casi el cuádruple de lo que había pagado el CSKA al VVV Venlo.

Musa dejaba Rusia con un espectacular bagaje de tres Ligas, dos segundas plazas ligueras, una Copa y una Supercopa, además de disputar la Champions League en todas las temporadas.

Sin embargo, en Leicester le faltaba la confianza de Slutski y echaba de menos a su "familia" del CSKA, como el ariete reconoció en varias ocasiones.

regreso por la puerta de atrás

El caso es que con los 'Foxes' solo marcó cuatro goles en los 32 encuentros que disputó (la mayoría solo unos minutos y pocas veces como titular), lo que obligó al Leicester a ponerlo en venta... pero no encontró comprador.

Ya sin Doumbia y con telarañas en la caja, el CSKA consiguió recuperar a Musa como cedido el pasado mes de enero y sus primeros dos meses fueron nefastos. ¡Había vuelto el jugador de 2012!

Incluso se enfrentó tras ser sustituido al técnico Viktor Gancharenko, quien llegó a afearle ese comportamiento en público. Con una plantilla justísima en todos los sentidos, el CSKA veía peligrar su presencia en la próxima Champions y necesitaba la mejor versión del africano.

Y, una vez más, Ahmed Musa consiguió salir airoso de esa complicada empresa a base de trabajo y recordando cómo había conseguido emerger seis años atrás.

segunda 'resurrección'

En un sensacional final de temporada, Ahmed Musa marcó seis goles y permitió al CSKA terminar segundo y clasificarse directamente para la fase de grupos de la Champions (el campeón fue el Lokomotiv del septagenario Yuri Siomin), por delante de imperios económicos como el Spartak (tercero) y el Zenit (fuera de la Liga de Campeones).

De hecho, Musa envió al banquillo al brasileño Vitinho y resultó clave junto a la gran estrella emergente de la selección rusa, un Aleksandr Golovin que ha llegado a sonar incluso para el FC Barcelona.

Por tanto, una vez examinado su pasa no resulta extraño que Musa firmase dos tantos en la victoria nigeriana contra Islandia y que los argentinos teman sus cabalgadas y sus remates (le pega bien desde fuera del área)... aunque siguen 'vivos' gracias a él.

Además, este regreso pasajero al fútbol ruso ha sido clave para que el seleccionador Gernot Rohr lo incluyese en la convocatoria, ya que durante su estancia en el Leicester perdió la titularidad con Nigeria y hasta peligró su presencia en el Mundial.

Este martes, Leo Messi y su albiceleste necesitan derrotar a Nigeria si quieren asegurarse la clasificación para los octavos de final del Mundial.

A nivel futbolístico, Argentina tiene muchos más argumentos que los africanos, pero <strong>Musa está en racha y es temible cuando tiene llenos los depósitos</strong> de moral y de confianza.

Por cierto, que está buscando equipo para la próxima temporada, ya que hasta ahora el Leicester no cuenta con él... aunque si mantiene este ritmo en el Mundial es posible que el club inglés se replantee esta decisión.