CICLISMO - GIRO DE ITALIA

Un Nibali renacido reclama el trono del Giro

La montaña destapó las verguenzas de Steven Kruijswijk, que sufrió una caída en el descenso y su equipo no pudo hacer nada para salvar la maglia

El gesto de Nibali pudo ir dedicado a un chico de su escuela fallecido recientemente

El gesto de Nibali pudo ir dedicado a un chico de su escuela fallecido recientemente / sport

Jaume Tarragó

Estuvo envuelto en una polémica con Valverde, fracasó en la cronoescalada, se derrumbó sin motivo aparente tras pavonearse ante la prensa y tuvo que tragar con las críticas, pero Vincenzo Nibali demostró porque es un mito viviente. El ganador de las tres grandes rompió a llorar al llegar a la meta en Risoul, donde reventó a sus rivales, y no fue para menos: se le dio por muerto, pero el tiburón había renacido en su tierra.

El primer día de una montaña de locos dictó sentencia y no hubo piedad para nadie. Subiendo el durísimo Colle dell'Agnello, de categoría especial, Alejandro Valverde fue el primero en descolgarse cuando se vio sin fuerzas para seguir a los otros tres favoritos, Steven Kruijswijk (Lotto NL), Esteban Chaves (Orica GreenEdge) y Vicenzo Nibali (Astana), que le arrancaron más de medio minuto. El murciano intentó conservar fuerzas en el segundo arreón del ascenso, pero lo terminó pagando caro.

Después fue el turno de Kruijswijk, que mostró sus verguenzas despúes de aguantar la maglia tanto tiempo como pudo: no le fallaron las piernes, sino su equipo y el miedo en la bajada. En el descenso del Agnello sufrió una aparatosa caída contra los muros de nieve en una cota superior a los 2.600 metros de altutid y eso le rompió por completo.

Pese a recuperarse con algunos rasguños en el brazo izquierdo, quedó aislado, perdido, sin referencia alguna a falta de más de 50 kilómetros para llegar a meta. Pudo seguir, con mucho esfuerzo y cambiando la bicicleta a media bajada, pero el desgaste fue máximo para terminar cediendo cinco minutos ante Nibali.

El italiano quedó con Chaves y tiraron para alcanzar la cabeza de carrera y hacer más sangre de la desgracia del holandés. En el final en alto, el Orica envió a Rubén Plaza para ayudar a su primera espada y completó un papelazo como escudero, insuficiente por desgracia. Vincenzo arrancó con furia a falta de 5 kilómetros para el final y, solo con la compañía de Mikel Nieve (Sky) aguantando desde el grupo perseguidor de la escapada, el colombiano no tuvo nada que hacer pese a enfundarse la maglia rosa. 

Tampoco Valverde pudo recortar diferencias en la escalada a Risoul, un final propicio para él al que entraba con 1 minuto de diferencia. Sin embargo, Alejandro no tenía piernas para probar una última intentona y terminó arrastrado por Rafal Majka (Tinkoff) finalizando a 2'12'' del vencedor.

Mala suerte para el ruso Ilnur Zakarin (Katusha) una vez más, ya que dice adiós al Giro tras caer en el descenso del Agnello. Se temió por su estado de salud cuando quedó tumbado y sin moverse, aunque finalmente el susto quedó en una clavícula fracturada.