La 'revolución' Chen en el Espanyol

La pésima temporada deportiva del Espanyol, a la espera solo de que se produzca el milagro de la salvación en las once jornadas que restan por disputar del campeonato, ha afectado a todos los estamentos de la sociedad. El presidente Chen ha llevado a cabo una profunda revolución, que ha sido especialmente intensa en los últimos cinco meses y medio.

Los últimos ceses de Perarnau y Navarro han cerrado la ‘revolución Chen’ hasta el momento. Las consecuencias de los malos resultados deportivos están ahí: tres entrenadores  (David Gallego, Pablo Machín y Abelardo), dos responsables deportivos (Perarnau y Rufete) y otros dos a nivel ejecutivo (Roger Guasch y José María Durán), dos directores de marketing (Agustí Filomeno y Antonio Alegre) y el responsable del fútbol base (Navarro) ha tenido la institución desde el inicio del ejercicio hasta el momento actual.

Excepto la destitución de David Gallego, el primer entrenador de la temporada, el resto de las medidas que ha tomado el presidente han llegado en los últimos cinco meses y medio, que han sido muy intensos para el empresario asiático y que ha venido a cambiar prácticamente todas las estructuras de la entidad. La crisis deportiva ha sido como una pandemia para un Espanyol que no estaba, ni mucho menos, mentalizado de que las cosas iban a salir tan mal durante la campaña. Queda un único salvavidad: lograr la permanencia en las últimas once jornadas que restan cuando se reanuda la competición, que serviría para dar cierta estabilidad.

¿Serán los últimos cambios? Dejen, evidentemente, la puerta abierta a nuevas salidas en un futuro no muy lejano. Excepto José María urán, que con su regreso al Espanyol ha dado cierta estabilidad emocional a los aficionados, y ha demostrado tener las idea muy claras en como debe gestionarse un club de fútbol,  todo puede pasar si el equipo no logra la permanencia. Un descenso traería más ceses...