Mertens desatasca al Nápoles en Cerdeña

Dries Mertens marcó el gol de la victoria del Nápoles en Cagliari

Dries Mertens marcó el gol de la victoria del Nápoles en Cagliari / EFE

X. Serrano

Sin brillantez, el Nápoles se valió del talento de Dries Mertens para desequilibrar un partido muy espeso en el Sardegna Arena. Un disparo certero del ariete belga fue suficiente para tumbar al Cagliari, que sigue en caída libre. En dirección opuesta marchan los de Gennaro Gattuso, que han ganado cinco de sus últimos seis partidos en todas las competiciones. Europa queda ya a solo dos puntos. 

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Serie A

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Alineaciones
Cagliari
Cragno; Pisacane, Klavan, Walukiewicz (Mattiello, 70'), Pellegrini; Nández, Cigarini (Birsa, 83'), Ionita; Pereiro (Paloschi, 67'); Joao Pedro y Simeone.
Nápoles
Ospina; Di Lorenzo, Manolas, Maksimovic, Hysaj (Mario Rui, 80'); Fabián Ruiz, Demme (Insigne, 61'), Zielinski; Callejón (Politano, 66'), Mertens y Elmas.

A nueve días de recibir al Barcelona en los octavos de final de la Champions League, el Nápoles necesitaba espantar dudas. Sobre todo tras la inesperada derrota frente al <strong>Lecce</strong>. Lo logró a medias, como no podía ser de otra forma en un equipo que muestra en cada partido sus luces y sombras. 

Como positiva novedad, los partenopeos defendieron con solvencia durante los 90 minutos. Nada de desconexiones o concesiones atrás. Así, lograron dejar su portería a cero por primera vez en Serie A desde el 9 de noviembre, 12 partidos después. A ello contribuyó la inocua ofensiva sarda, que no exigió a Ospina hasta el minuto 84 en un tiro lejano de Klavan. Con razón acumulan diez partidos ligueros sin ganar.

Más mordiente demostraron los 'azzurri'. En un partido pesado, de ritmo lento e igualdad generalizada, los partenopeos acumularon el grueso de tiros a lo largo del duelo. Fabián RuizZielinski Mertens dispararon cerca del poste antes del descanso. Tras la reanudación, Elmas Zielinski exigieron a Cragno en sendos chuts rasos. Intentos lejanos todos ellos en un Nápoles al que le costaba asociarse con dinamismo.

Pero donde no llegó el juego colectivo, apareció el talento individual. Escorado a la izquierda y rodeado de rivales, Mertens se inventó un derechazo cruzado que descansó en el fondo de las mallas tras pegar en la madera. Se desató la alegría en el cuadro campano, pero todavía quedaban 24 minutos de partido. Durante casi media hora, los 'azzurri' apretaron los dientes y defendieron el resultado ante un Cagliari sin pegada. Al final, inyección de confianza y victoria de mucha garra.