Rafinha se resigna a esperar hasta enero

Rafinha está harto de vivir con las maletas preparadas y pendiente de su futuro, con suerte,  temporada a temporada (también vivió medio año en Milán jugando en el Inter). El pasado verano aceptó ampliar un año su contrato como condición para marcharse al Celta cedido. Ahora, a los 27 años y cansado de no encontrar estabilidad deportiva y personal, ha dicho basta.

KOEMAN LE DEJA FUERA

La postura del club es clara: necesita seguir ingresando para suavizar sus problemas económicos y quiere vender a Rafinha. Koeman, por su lado, se muestra como hombre de club y volvió a demostrarlo dejándo al canterano fuera de la lista para jugar ante el Celta y confirmándolo con sus declaraciones en la previa: "Para los jugadores que no ven muchas posibilidades es mejor ir fuera. Tenemos muchos centrocampistas, estuvo en la lista anterior y en esta no, son decisiones técnicas". Rafinha ya sabe que lo tiene difícil con Ronald.

SIN OPCIONES ATRACTIVAS

En estas circunstancias, las conversaciones entre club y jugador no están siendo productivas. Las propuestas que llegan al futbolista y que podría llegar a considerar no satisfacen al Barça y las que llegan al Barça tampoco convencen a Rafinha. Ya sea por razones económicas o deportivas, las posturas están muy alejadas. No ayuda a establecer un mínimo de confianza entre ambos las filtraciones interesadas que aparecen día sí y día también. "¿Alguien puede creer que si viene el City con una buena propuesta no la valoraríamos?", comentan desde su entorno alrededor de las informaciones aparecidas sobre su presencia en una operación para firmar a Eric Garcia. Rafinha lo tiene claro: a día de hoy, y salvo que llegue una propuesta irrechazable, esperará hasta enero para decidir, a seis meses de acabar contrato.