El Barça de Koeman se estrena en el Camp Nou

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Antes de que las giras internacionales fuesen las protagonistas de la pretemporada, un torneo marcaba el inicio del curso futbolístico: el Gamper siempre fue la renovación de las ilusiones, la seducción de los fichajes, las ganas de soñar con una temporada exitosa, la presentación del nuevo Barça ante sus socios.

Y aunque corren tiempos inciertos, el Gamper sigue ahí, fiel a su espíritu, subiendo el telón de la temporada otro año más. Ni las giras aericanas o asiáticas ni la pandemia han podido con el Gamper, que hoy vuelve a su cita con el calendario. El Barça-Elche será el último amistoso del equipo azulgrana antes de iniciar la Liga ante el Villarreal.

Vuelve el Gamper, un mes más tarde de lo habitual pero convertido en el escenario de presentación de un nuevo entrenador, Ronald Koeman: el héroe de Wembley ha llegado al Camp Nou como salvador de un equipo que tocó fondo en el 2-8 de Lisboa. 

El entrenador holandés vivirá una tarde especial: tras dejar la selección holandesa para atender la llamada desesperada del Barça, se sentará por primera vez en el banquillo del Camp Nou

Durante su etapa como jugador del Barça (1989-1995), Koeman siempre jugó a las órdenes de su compatriota Johan Cruyff. Vivió la mejor etapa de su carrera deportiva, entre los 26 y los 31 años, con la camiseta del Barça. 

Ahora le toca llevar la batuta del equipo desde el banquillo: si Cruyff asumió el mando en 1988, poco después del motín del Hesperia (un terremoto deportivo e institucional), Koeman lo hace después de la estrepitosa derrota de Lisboa ante el Bayern y del amago de salida de Leo Messi; un panorama especialmente complicado. El reto que afronta Koeman es mayúsculo, pero al holandés no le falta carácter para afrontarlo.

el bautismo de los fichajes

Aunque no habrá público en el Camp Nou, el Gamper también servirá de bautismo para los fichajes, como es costumbre: ha sido un verano de perfil bajo (de hecho, las incorporaciones ya se habían firmado antes de que acabase la última Liga), con pocas caras nuevas, pero algunas de ellas muy ilusionantes: tanto el portugués Trincao como el canario Pedri representan la frescura que tanto necesita el equipo. 

Junto a Miralem Pjanic (un jugador que ya ha cumplido los 30, pero que parece mantener intacta su hambre de títulos) son los nuevos cromos del álbum del Barça: en ellos se fijarán todos los focos. 

La liturgia obliga a examinar cada detalle de los nuevos, a escrutar cada uno de sus gestos, a dejarse ilusionar por sus goles. Sucede así desde la primera edición del Gamper, en 1966. 

Volverá a ocurrir esta tarde, cuando los jugadores que no estaban el año pasado entren en escena. Ni la pandemia ni la moción de censura en marcha podrán liquidar las ganas de los barcelonistas de dejarse ilusionar pese a todos los problemas que atraviesa el equipo y el club. 

el poder de la masia

Hay más argumentos para que el Gamper sea un partido atractivo para la afición: después de muchos años de sequía, La Masia vuelve a ofrecer frutos ilusionantes.

Con Ansu Fati como bandera, un puñado de jóvenes ha irrumpido con fuerza en el vestuario del primer equipo. Lo han hecho con ambición y descaro, pero también con prudencia. Riqui Puig, Araujo y el portero Iñaki Peña representan la nueva generación, a la que también se apuntarán los Collado, Monchu o Cuenca, por ejemplo. También espera hacerlo el brasileño Matheus, cedido en el Valladolid el año pasado y que también sube del filial.