Las cardiopatías en el deporte de alto nivel

El doctor Tomás Torres de la Clínica Mi Tres Torres nos explica los detalles que llevan a deportistas como Víctor Tomás a renunciar el deporte de élite

Víctor Tomás anunció su retirada por problemas cardíacos

Víctor Tomás anunció su retirada por problemas cardíacos / FCB

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El histórico jugador de balonmano del FC Barcelona, Víctor Tomás, anunció ayer a los 34 años su retirada del balonmano profesional debido a "problemas cardíacos".

Ni el jugador, ni los servicios médicos del club han concretado los detalles de la patología que sufre Tomás, pero sí han anunciado que su retirada se producirá a finales de esta temporada para evitar que pueda suponer "un problema de salud importante". Tal y como afirma el doctor Tomás Torres, especialista en Medicina Intensiva en la Clínica Mi Tres Torres, "en muchas ocasiones, los deportistas de alto nivel pueden llegar a desarrollar un aumento del volumen del corazón, lo que se conoce como una cardiomegalia”.

Es obvio que el ejercicio moderado practicado de forma regular tiene múltiples efectos beneficiosos, entre los cuales se cuenta la prevención cardiovascular. No obstante, “se desconoce el límite de seguridad a partir del cual los efectos perjudiciales podrían llegar a superar a los beneficios”, asegura el doctor Torres. En algunos estudios se ha demostrado que disminuye la fuerza de contracción del corazón cuando se lleva a cabo un esfuerzo extenuante prolongado, como en las ultramaratones o los triatlones, lo que podría desembocar en una muerte súbita por arritmias malignas.

Este tipo de cardiopatías se detectan mediante determinadas pruebas como son los síntomas clínicos, el análisis de sangre, el electrocardiograma, la prueba de esfuerzo, el holter (registro ECG de 24 h), el ecocardiograma y la resonancia magnética cardíaca. Las cardiopatías más frecuentes son la miocardiopatía hipertrófica, la primera causa de muerte súbita en jóvenes, que contraindica la práctica de deporte de competición de alta intensidad; la miocardiopatía no compactada; la miocarditis; la pericarditis; la displasia arritmogénica del ventrículo derecho y la miocardiopatía dilatada. En este último caso, y en relación con la práctica deportiva a alto nivel, se puede desarrollar un aumento del volumen del corazón (diámetro ventricular) y una pérdida de fuerza en las contracciones en reposo.

Sorprende el hecho de que Tomás espere a finales de temporada para retirarse, pese a los riesgos que puede parecer que comporte. Según el doctor Torres, “seguro que se ha valorado bien y no existe un riesgo inminente para su salud, nada que exija una retirada inmediata. Posiblemente se haya considerado que su miocardio está sufriendo los efectos crónicos de un entrenamiento intenso y competición al más alto nivel y se considere que no es prudente alargar esta actividad más años para no empeorar la situación actual. Es difícil en ocasiones establecer el límite entre lo que se llama el “corazón de atleta” (una adaptación fisiológica al ejercicio intenso repetido) y la “miocardiopatía inducida por deporte”. En ocasiones se hace un seguimiento periódico, se observa una dilatación progresiva del corazón y se decide que ha llegado el momento de parar, no porque exista riesgo actualmente sino para evitarlo en un futuro”.

Esto no implica que la vida de un adulto de 34 años se vea afectada. “Posiblemente lo único que cambie sea que deje de practicar deporte de competición al más alto nivel. Es un atleta de élite y su estado general actual es óptimo”, asegura el doctor Torres. En ciertos casos, es posible volver a practicar deporte después de una cardiopatía, en función de la tipología. “Hay algunas que son transitorias (pericarditis, miocarditis) y pasados unos meses el deportista puede reincorporarse con normalidad a la práctica habitual”.