Una dolorosa derrota en la Copa que huele a final de ciclo

El Barça Lassa regresa a Barcelona con la sensación de fracaso en la primera competición importante de la temporada. Todas las miradas apuntan al técnico, Xavi Pascal, que no supo variar la dinámica del duelo ante el Bilbao Basket, y que acabó costando la derrota ante el Bilbao Basket, precisamente el mismo equipo que les apeó hace ocho años.

Lo peor de la derrota azulgrana fue la sensación de impotencia que mostró el grupo ni tampoco con la agresividad necesaria para hacer frente al desastroso porcentaje en los triples y más escandaloso desacierto en los tiros libres (59%), que acabó siendo un lastre para el equipo.

Los azulgrana llegaban preparados, según dijo su entrenador, pero la realidad fue bien diferente. Nunca entraron en el partido concentrados, con demasiadas dudas, que no lograron resolver a lo largo del duelo. Y tener que ir por detrás del marcador, prácticamente todo el partido, tampoco ayudó a la reacción. Ni tan siquiera cuando se pusieron por delante en los últimos minutos, lograron asentarse y dar el golpe definitivo. Una sombra del equipo que puede ser este Barça Lassa.

Xavi Pascual, que ha perdido ocho de los últimos 1o títulos, no quiso entrar a personalizar los problemas del Barça, justificando del desastre a "una mala noche" aunque hubo algunos jugadores que no cumplieron con las expectativas. Uno de los más señalados es el croata Ante Tomic. El Barça está condicionado por el mal momento del pívot, que parece haber entrado en un bache de juego del que no logra salir. Ni su reciente paternidad parece haberle hecho reaccionar. Ante el Bilbao, solo apuntó algún destello, aunque finalmente fue determinante en la derrota al errar un tiro libre que pudo forzar la prórroga.

Juan Carlos Navarro también parece haber perdido trascendencia en el equipo. Pascual le dio la titularidad, aunque en la segunda mitad se olvidó completamente de él hasta los tres segundos finales, donde ni pudo tocar el balón. Un jugador que se encuentra limitado físicamente y que limita sus acciones defensivas. Oleson fue el que mantuvo al equipo, pero no es suficiente, donde Abrines, Perperoglou o Ribas no son suficiente.

Otro tema aparte son los bases. La llegada de Carlos Arroyo debía significar un salto adelante en la dirección del equipo. Aunque le lesión en el gemelo le ha imposibilitado jugar el Top16 y en la Copa se presentó falto de ritmo y se diluyó como sus compañeros. Tomas Satoransky, el base titular, empezó mal, se entonó en la segunda parte, pero en los minutos decisivos, Pascual se olvidó de él y le dio la manija a Pau Ribas, que hizo lo que pudo. El técnico no parece convencido del checo y eso son malas noticias, para un jugador al que quieren renovar..

Un Top16 cuesta arriba

Y es que el problema del Barça Lassa ya no es solo la eliminación de la Copa del Rey. Por delante le espera la segunda vuelta del Top16 donde se encuentra en la parte baja del Grupo F y no puede fallar en casa si quiere tener opciones en Europa. Una presión añadida a Pascual, que debe intentar reflotar el grupo como sea, ya que una eliminación prematura en la Euroliga, podría significar la puntilla definitiva al técnico.

Quién si ha dictado sentencia sobre el técnico es la afición blaugrana, al que considera culpable de los problemas del equipo. En una encuesta en SPORT, el 92% lo considera culpable del fracaso en la Copa, una señal inequívoca, que los aficionados ya están cansados del rumbo errático del equipo en las últimas temporadas.

La pasada campaña el Barça Lassa no se ganó ni un solo título. Esta arrancó con el triunfo en la Supercopa, pero la Coya ya es historia, la Euroliga no pinta nada bien y en la Liga es segundo. Otro año que no hace ser demasiado optimistas. Veremos cómo reacciona el técnico y el equipo. De momento, el mánager de la sección, Joan Creus, confía en Pascual. Las próximas semanas pueden marcar el futuro del grupo que ahora mismo, no parece el más halagüeño.