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Vaya regalo más inesperado nos hace Lamdassem 

Eliud Kipchoge demostró una vez más que es el mejor || AFP
Desde los tiempos de Martín Fiz no concebiamos poder vivir algo así en el maratón. Pero Lamdassem peleó por la medalla hasta el final en un maratón durísimo que Kipchoge dominó con autoridad 

No pudo ser pero como si hubiese sido.

En la madrugada del 8 de agosto de 2021 Ayad Lamdasem nos hizo un regalo extraordinario.

Los que aguantamos despiertos no lo olvidaremos jamás.

Entre ellos su entrenador Antonio Cánovas, un hombre de 72 años, que  no podía disimular su estado:

– Qué nervios, por Dios.

Y es verdad.

Estábamos nerviosos.

Lamdassem aguantaba lo que le echasen con parciales por debajo de 3’00″/km.

Daba gusto verle correr y, a medida que pasaban los kilómetros, empezamos a sentirnos en una nube (a él se le veía muy a gusto).

¿Será posible?

¿Cómo es posible que un atleta de 39 años aguante así?, nos preguntábamos

!Pero si no contábamos con él!

Bueno, bueno un día antes LBDC había hablado con su entrenador y el hombre nos hablaba de aspiraciones máximas para Lamdassem. 

Nos decía que prefería una carrera lanzada para él.

¿No se estará pasando?

Pero recordamos entonces que el pasado mes de diciembre Lamdassem hizo 2h06m en maratón y que eso le daba margen. 

De repente, entendimos porque Ayad estaba tan sumamente motivado para estos JJOO.

Con un pico de 280 kilómetros semanales en Font Romeu

Pero si sale a una media de 40 diarios

Quién aguanta eso física y psicológicamente.

Y más a su edad.

Pero hay momentos y momentos en la vida.

Y Lamdassem había elegido este momento, quizás el último momento, seguramente el último gran momento de su vida atlética.

Y claro que llegó ese momento en el que se marchó Kipchoge: 2h08m38 en la meta.

Pero no pasaba nada.

Kipchoge era otra historia.

Y, a falta de 12 km, quedó un grupo de cuatro (Cherono, Nageye y Adib) entre los que también estaba él: Ayad Lamdassem.

Recordamos entonces que tiene un gran final.

Quisimos imaginar que solo era aguantar.

Y Ayad aguantaba sin aparentes agobios, sin maltratar nuestra poderosa imaginación .

Pero llegaron los dos últimos kilómetros en los que se produjeron cambios de ritmo muy severos y caprichosos.

Y Lamdassem aguantó el primero pero no el segundo.

No podíamos pedirle la luna: todo tiene un límite. 

Lamdassem, destrozado a su llegada a meta en Sapporo / EFE

Atrás, en la frontera de lo imposible, quedaba un esfuerzo tan monumental que jamás olvidaremos.

Sobre todo porque no lo esperábamos.

No lo esperaba nadie: seamos realistas.

Por eso fue como si nos tocase la lotería. 

Las medallas son importantes pero las emociones lo son más.

Al final, Ayad Lamdassem fue quinto, a 18 segundos devla medalla tras 42,195 km.

Otra vez, el podio volvió a cerrar los ojos al atletismo español.

Pero fue tan maravilloso que todavía seguimos emocionados.

La aventura de Lamdassem acabó en 2h10m16 segundos: un tiempo que roza la perfección en unas condiciones como las de Sapporo.

Creíamos que no tenía currículum para esto y que en la línea de salida había gente infinitamente superior a él.

Para siempre quedará una madrugada innenarrable en la que nos quedamos tan cerca.

Gracias, Ayad Lamdassem


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