Alfredo Varona: "No sé si se sufren más las maratones contándolas o corriéndolas"

Alfredo Varona, en la Radio del Corredor
Alfredo Varona, en la Radio del Corredor

Muchas veces es tan importante la historia en sí como la forma de contarla. Dicen que un buen guión necesita de unos buenos ingredientes. Pero para elaborar un buen guión, por mucho que tengas los productos de calidad necesarios para ello, se requiere también un buen director, alguien que sepa conjuntar y trazar todos los elementos que tiene a su alcance para sacar un buen producto. Es por eso que en la Radio del Corredor hemos mantenido una charla con Alfredo Varona, una de las plumas más reconocidas en cuanto a periodismo especializado en atletismo se refiere. Varona escribe, entre otras plataformas, en la Bolsa del Corredor.

¿Cómo nace la pasión por el periodismo especializado en atletismo en Alfredo Varona?

“Digamos que en el atletismo he encontrado un espacio que me gusta. Para mí escribir de atletismo es como rodar una película, no se trata de deslumbrar a nadie, sino de mantener la tensión, de contar una historia como yo mismo la quisiera leer. Tengo mucho respeto por todo lo que escribo, procuro que sea simple para que todo el mundo me entienda. Todo esto lo aprendes con los años a golpe de leerte a ti mismo, de leer a los demás y de escuchar mucho”.

“Mi pasión por el atletismo nace de la infancia, de las historias que me contaba mi padre. Me acuerdo que en el Diario As había un periodista que se dedicaba a viajar por todo el mundo y hacía entrevistas a personajes míticos. Una de ellas fue la de Jesse Owens, que estaba ya al borde de la muerte. Leer aquella entrevista me impacto muchisímo. Me dije que alguna vez me gustaría escribir historias de este tipo. No lo olivdaré nunca, de hecho aún la tengo conservada la entrevista”.

¿Qué diferencia al periodismo especializado en atletismo?

“No se donde está la diferencia del atletismo especializado. Creo que yo siempre considero que el lector es como un cliente al que uno le debe dar lo mejor de si mismo. Esto te lo da la experiencia. Al principio, como a los corredores, te cuesta más llegar a la meta. Ahora tengo la sensación de que me resulta más fácil escribir porque básicamente escribir es organizarse, saber que el tiempo es limitado; hay que mantener la tensión para que el lector te recuerde con cariño y el lector te vuelva a leer la siguiente semana”.

“Todos somos una consecuencia de lo que hemos visto y leído. He leído mucho de atletas y digamos que de alguna manera escribiendo puedo ser un poco hijo de la literatura anglosajona de los años 60. Yo siempre pensaba que si ellos te cuentan buenas cosas, por que no las puedes contar tu? Yo siempre recuerdo que el padre de Sebastian Coe, Peter Coe, le decía a su hijo que la edad es el precio que pagamos por vivir. Esas cosas, si tú las has leído, entiendes que a tu modo también puedes aportar”.

¿Qué busca Alfredo Varona a la hora de contar historias?

“Entre las cosas que he hecho últimamente, tengo siempre presente la charla que tuve con Tomás de Teresa, atleta de los años 90. No sabía por donde arrancar, él empleó la nostalgia del atleta que fue, yo el afán de curiosidad, y decidí empezar con una anécdota que me contó en el miting de Zurich. Compartió desayuno con  Alberto Salazar y este, al ver que mezclaba pan y mantequilla, le preguntó que por qué hacía eso, si era mezclar solo grasa. Te está mostrando un poco los parámetros de la alimentación. El objetivo es impactar al interlocutor. El lector es sagrado. Que te lea mucha gente es una hazaña, pero con que te lea uno la responsabilidad es la misma”.

“Escribiendo también se sufre a veces. La cabeza no siempre está en el momento idóneo, también se pasa por malos momentos. Una de las cosas que empleo escribiendo es la de no dar consejos a nadie. Lo primero, porque no me gusta esa palabra, al menos escribiendo. De las anécdotas se aprende muchísimo, te invitan a pensar, a descubrir lo mejor de ti, a ponerte en la piel de los demás. Eso es lo mas importante, luego cada uno tiene una forma distinta de ver esas caras de sufrimiento, que se haga mejor o peor es otra cosa.

Tres anécdotas que han marcado a Alfredo Varona:

Anécdota más rocambolesca: “Cuando leí a Gelindo Bordin, campeón olímpico de maratón en los Juegos de Seúl, que hacía una media de 270 kilómetros en el Teide, a más de 2.500 metros de altitud. Se me quedó grabado. Yo era muy joven y eso me impactó. Ahora estamos acostumbrados a oír ese tipo de cosas y recuerdo esa anécdota como brutal”.

Anécdota emotiva: “Tengo que regresar a casa. A mi hermano y a mí nos ha gustado siempre mucho el maratón. Recuerdo el Maratón de Sevilla de 2005, al que no pude ir por una lesión. Llovieron piedras y cayó un aguacero de lo más exigente. Recuerdo que me llama mi hermano y me dice que por fin ha podido bajar de las tres horas, en circunstancias donde hubo muchos atletas que se retiraron. Llegó por encima de tíos que acreditaban 2h40. Algunos no le darán valor, pero para nosotros, que era una parte importante de nuestras vidas, era lo más. Me acuerdo que me emocioné cuando me lo contaba”.

Anécdota divertida: “Hay un tipo en redes sociales, un piscólogo, con el que tengo cierto trato, Darío Collado. Dice que el maratón es la bestia y enfrentarse a ella es difícil. Hay que respetar a todo el mundo por el mero hecho de ponerse en la línea de salida. Ahora se ha desmitificado un poco, pero hay que tener un respeto a esa distancia que más que risas aconseja lágrimas. Lágrimas de emoción”.

¿Cómo ha evolucionado la maratón?

Da la sensación de que en algunos casos se le ha perdido el respeto. Igual que desconfío de los consejos, de la palabra respeto no me apartaría nunca. La palabra maratón es sagrada. Por ejemplo, en el Maratón de Madrid, es un día sagrado. Entre comillas es como la fiesta nacional. No se concibe que ese domingo no salgas a animar a las calles. Hay momentos muy emotivos”.

Escucha la entrevista a Alfredo Varona a partir del minuto 18 de los siguientes enlaces:

 


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1 COMENTARIO

  1. Sin duda el exceso de pluma da como resultado que sea mas protagonista el periodista que la persona y la historia que cuenta.

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