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Un CSI para #runnersdemierda: Marathon Investigation.

Marathon Investigation: caza tramposos de la maratón.

En el mundo del running no todos los corredores llegan a la línea de meta gracias al esfuerzo, con mucho sudor y con alguna que otra ampolla. Hay algunos runners a los que las carreras se les hacen muy largas. Se empieza con el cada vez más habitual recorte, subiéndose a aceras o cruzando por en medio de las rotondas, para rascar unos segundos a su marca personal, y acabas por hacer la mitad del recorrido en taxi. Lo típico que nos dicen las abuelas, empiezas con unos “inofensivos porros” y acabas de director del FMI. Aunque no hay trampa sin excusa, que si la la maratón tiene muchos kilómetros, que como llegue el lunes a la oficina sin marca personal me “crujen vivo” o la más retrógrada de todas: “es que hay maratones que van provocando con sus trazados rectilíneos de ida y vuelta”

Típico maratón donde más de uno pasa del kilómetro 21 al 30 sin pensarselo dos veces
Típico maratón donde más de uno pasa del kilómetro 21 al 32 sin pensárselo dos veces

Una de las historias más famosas sobre trampas y maratones fue la realizada por la corredora Rosie Ruiz, que tras ganar sorprendentemente la Maratón de Boston en 1980 con un tiempo de 2:31:56, se descubrió que no había realizado todo el recorrido, al igual que hizo para conseguir la clasificación para esa carrera, gracias a una marca en la Maratón de NY donde usó el metro para ahorrarse varias millas.  Para evitar casos como el anterior, las organizaciones implementaron, además de la supervisión de jueces de carrera, los chips de cronometraje y alfombras lectoras en varios puntos de la carrera. Las organizaciones ya pueden limpiar de tramposos sus clasificaciones eliminando a todo aquel corredor que no haya pasado por los puntos de control del recorrido.

Pero la tecnología no suele amedrentar a los #runnersdemierda, aunque en EEUU cada vez lo van a tener más difícil. En los últimos meses ha cobrado relevancia el trabajo de Derek Murphy, analista financiero de Cincinnati y aficionado a correr ultras, que por medio de su Blog “Marathon Investigation” va desenmascarando a tramposos al más puro estilo de la serie CSI. Su procedimiento de trabajo consiste en analizar mediante varios algoritmos los parciales de las maratones más relevantes de EEUU, normalmente cada 5 kilómetros, y también comparar las marcas realizadas finalmente con la mínima utilizada para la inscripción. Encontrando siempre el mismo tipo de tramposos:

  • Los que recortan parte del recorrido (o utilizan vehículos o ayuda externa).
  • Los que hacen la carrera por relevos pasándose el dorsal en alguna parte del recorrido.
  • Quienes se han clasificado gracias a la marca que alguien hizo por ellos llevando su chip o dorsal.

Una vez detectados los posibles “sospechosos”, Derek busca pruebas que sustenten que esa persona realmente ha hecho trampas, y ahí es donde el momento “CSI” aparece. Desde comprar las fotos de meta en alta resolución para comprobar si la pantalla del reloj marca la distancia real de la carrera (y no varias millas de menos como es el caso de esta corredora):

Hasta analizar los archivos subidos por los “supuestos” tramposos, comprobando si el “track” es correcto o si el ritmo cardíaco no tiene inconsistencias y es el habitual en una carrera o más bien el típico de un “lindo” paseo en bicicleta.

Derek comenzó a buscar tramposos tras sospechar que en una de las carreras más emblemáticas de EEUU, la maratón de Boston, había demasiadas marcas extrañas. En esta maratón, además del sistema de loterías o los dorsales “charity” (pagas más por el dorsal y parte de ese dinero sirve para apoyar a una causa solidaria), puedes conseguir el deseado dorsal acreditando una marca mínima, bastante exigente, según rangos de edad y sexo. Por ello, muchos corredores no dudan en contratar a otros corredores o mulas (#Bibmules) para que les consigan esas marcas llevando su dorsal o chip.

La búsqueda de mínima clasificatoria, junto con el típico “postureo” de los resultados, son dos de las principales motivaciones para pasar de  ser finisher a tramposo.

Si algo no busca Derek con su blog es el linchamiento mediático, tan habitual hoy en día en las redes sociales, por lo que intenta siempre contactar con los supuestos tramposos para que expongan sus explicaciones antes de publicar los datos en su web.

Al ser preguntado sobre la motivación que le llevó a empezar con este tipo de investigaciones, Derek suele explicar que: “Saber lo duro que es entrenar para ser rápido (y conseguir una marca mínima de clasificación), por lo que la gente que coge atajos está siendo deshonesta con el resto de corredores que se esfuerzan para conseguir esas mínimas”. Además Derek ha comentado en varios medios que se supone que este deporte se basa en el respeto hacia la distancia y que en la mayoría de casos, los tramposos están robando medallas, dinero u opciones de apuntarse a una carrera a muchos otros corredores.

Por suerte Derek no está sólo, y al igual que en la serie de ficción, hay más CSI distribuidos por el país, uno de ellos es el entrenador Jonathan Cane, que lleva varios años descubriendo tramposos de la Maratón de NY:

A la espera de la apertura de un CSI en España, @runenfurecido seguirá fustigando a base de tuits a la plaga de tramposos más común dentro de nuestras fronteras: los corredores sin dorsal o los amigos de las fotocopias.

Por suerte, algunas veces recibe la ayuda esporádica de algunos espectadores:

Pero, visto que correr no siempre te hace mejor persona, no estaría de más que hubiera más cazadores de runners de mierda para que al menos la próxima vez que alguien quiera hacer trampas se lo pensase dos veces.


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