Kenia es una fuente inagotable de talentos cuando hablamos de pruebas de fondo. En el Valle del Rift sobre todo, pero a lo largo de su territorio en general, este país africano ve nacer y crecer en sus entrañas futuros campeones mundiales y olímpicos, atletas que marcarán un antes y un después. Una genética única y privilegiada, los entrenamientos en altura desde muy pequeños, una filosofía especial por la que solo se concibe entrenar y descansar, facilidades por parte del gobierno. Todo se alía para que se den los condicionantes perfectos. Actualmente el mejor maratoniano del mundo (para muchos de la historia) es un keniata de 36 años: Eliud Kipchoge.
El poseedor del Récord del Mundo (2.01.39) y el único ser humano en la historia que ha bajado de las dos horas en maratón (en Viena en una carrera no homologada). Pero resulta que ha salido otro nombre dispuesto a romper la hegemonia del ‘Rey’. De momento está lejos de hacerlo si atendemos únicamente a los números. Viene de hacer la mejor marca de su vida en el Maratón de Milán (2:02:57), pero aún está lejos de Kipchoge y Bekele. Se convirtió en el sexto hombre en la historia de hacer sub2h03′.
Ambición extrema
Ekiru ha confirmado en una entrevista al periódico keniata The Star que su objetivo ahora no es otro que bajar de las dos horas en el maratón y superar a su compatriota Kipchoge. Algo que ahora mismo suena a quimera, a locura. Es cierto que en Milan fue capaz de bajar su marca personal casi dos minutos (era de 2:04:47), pero a sus 29 años no parece una empresa nada nada sencilla. Además, Ekiru se ha lamentado de que la Federación Keniata no lo haya incluido en el equipo olímpico para Japón.
Asegura que se preparará a conciencia los maratones de otoño. “Creo que correr por debajo de las dos horas es posible con la forma en que ha funcionado mi entrenamiento hasta ahora. Estamos discutiendo con mi manager para la posibilidad de correr en los maratones de Chicago y Londres, entre otras carreras en el futuro”, asegura.
