Entrevistas

Tariku Novales: “No sé la edad que tengo ni el día de mi cumpleaños”

Publicado por
Alfredo Varona
Publicidad

Fue adoptado en 2004 tras nacer en Etiopía. Según los estudios médicos que le han hecho, Tariku Novales nació entre 1998 y 1999. De lo que no cabe duda es de que por ahora es un maratoniano de 2 horas, 7 minutos, 18 segundos.

Es como si la irrupción de Kelvin Kiptum (que ha ganado el maratón de Londres con 23 años) quitase juventud a Tariku Novales, de 25. Él, sin embargo, no lo ve así y te lo explica con naturalidad. “De los africanos nunca se puede saber la edad que realmente tienen”, añade él, etíope de nacimiento.

2h07m18. Esa marca está en su foto de Whatsapp 
Sí, porque es la marca que he hecho en Valencia y que indica que mi potencial en maratón ya está reflejado. Pero espero que sea el inicio de algo mejor.

Tiene 25 años. ¿Es mayor para el maratón?
No sé si exactamente esa es mi edad. No sé realmente la edad que tengo. Me hicieron un estudio médico, forense y de huesos y se dictaminó que mi edad debía estar entre 1998 y 1999. Desde diciembre de 2004, cuando me adoptaron, hasta 2010 yo era de 1999 a nivel de edad. Pero entonces pedí cambiarlo porque mis amigos eran del 98 para poder estudiar y competir con ellos. Y el Juzgado lo acabó aceptando porque podría ser posible.

Publicidad

A no todo el mundo le gusta envejecer un año.
Cuando eres un niño no piensas en eso, sino en tus amigos. Ahora lo pienso y sigo sin verlo trascendente. Quizá en categorías menores hubiese tenido algún título más. Pero no pasa nada.

¿Qué pasaría si, en realidad, tuviese 30 años?
No es posible. Los estudios médicos no tienen ese margen de error. No se decide al azar. Fueron exámenes médicos en los que se dictaminó que tenía que ser del 98 o 99.

Siempre quedará la duda.
A mí también me gustaría saber exactamente mi fecha de nacimiento día, mes y año. No sé ni siquiera cuando es mi cumpleaños. Se me puso el 8 de marzo de 1998.

Publicidad

No sabía nada de esto.
Bueno, es que no es algo que la gente me pregunte.

Lo normal es quitarse años.
Y los africanos lo hacen para competir, te lo dicen ellos mismos. Sin ir más lejos, en categorías menores se pone a un pack de atletas una fecha de nacimiento para tener más posibilidades. Hasta te dicen que es posible que Kipchoge tenga bastantes más años de los que le ponen.

Con más años se corre peor
En maratón no. Sigue habiendo margen de mejora. Tener más años no es sinónimo de perder resistencia y sobre todo valía. Mira a Ayad Lamdasemm. A partir de los 39 años está en su mejor versión. Pero con Kipchoge ocurre igual a pesar de lo que ha ocurrido en Boston. Pero tampoco hay que darle más importancia. Hay días que no salen. Somos seres humanos, no extraterrestres. Volverá.

A usted ya se le ve hecho un hombre.
Al final, el tiempo pasa para todos. Ya no soy ese junior que logró la plata en el Europeo de 2017 detrás de Ingebrigsten. Pero dentro del maratón todavía soy un novato. Con 24 años ya he hecho 2h07m. Soy un coche por estrenar. Estoy probando. Todavía en el kilómetro cero.

Publicidad

¿Qué significa el maratón para usted?
Una prueba que me daba vértigo. Sabía que iba a ser muy buen maratoniano. Me desenvolvía bien en rodajes largos. Los tests de esfuerzo lo demostraban. Pero el maratón es un mundo aparte y hay que tener mucha cabeza. Tantas semanas de trabajo. Que haya salido bien es una alegría inmensa. Podía imaginarlo. Pero confirmarlo en la práctica fue un placer.

El que vale vale y el que no al maratón.
Creo que no haber destacado en pista no lo significa todo. Mire a Crippa. Su debut en maratón está alejado de lo que ha hecho en pista con los títulos que tiene. No ha sido tan espectacular. El maratón también te pone en tu sitio. Por eso creo que es una afirmación equivocada. Mo Farah nunca ha rendido en maratón tras sus oros olímpicos en la pista. Su mejor registro es 2h06m.

¿Superará usted esa marca?
La proyección que tengo es bajar esos 2h06m. Pero tengo que mimar al cuerpo. El mundo no se acaba mañana. Estoy aprendiendo a no ser impaciente. Tengo la capacidad a veces negativa de ponerme en forma muy rápido. Y a veces es peor. El motor va bien pero el chasis luego se queja. Debo solucionarlo.

¿Y cómo se soluciona?
Desde finales de enero llevo muchas semanas de entrenos de menos de 100 kilómetros. Buscamos continuidad, poner todo en su sitio, preparar al cuerpo para luego hacer kilómetros. Hasta el Mundial no lo voy a hacer. Quedan cuatro meses. Aún es pronto.

¿Y qué hace con tanto tiempo libre?
Trato de leer, de ver películas, pasar el tiempo con calma. Disfrutar de no estar cansado, porque aún no toca doblar. Poco a poco me iré metiendo en horario de maratón. Mientras tanto, aprovecho para pasear. Vivo a las afueras de Guadalajara. Al salir de casa tenemos un parque a unos 500 o 600 metros y me gusta ir y sentarme en un banco para hacer tiempo.

Se fue Madrid. ¿Necesitaba irse?
No considero que lo necesitase. Pero sí necesitaba cambiar. Necesitaba independencia.  Necesitaba ordenar los horarios. Estuve en la residencia Blume y necesitaba estar en una casa con las responsabilidades que ello conlleva. En la Blume no es lo mismo. Tenemos acceso a un comedor. Te quitaban responsabilidades. No había que reservar tiempo para hacer las cosas de casa. Y ahora las disfruto. Me evaden.

¿Cuál es su tope en la vida?
No pierdo el tiempo en pensar. Es limitarse. Hay que pensar en grande pero también hay que disfrutar del proceso. El camino es el objetivo. Ya no se me hace largo entrenar estos cuatro meses. Me conformo con los objetivos pequeños del día a día como el trabajo de fuerza, de gomas, de pies para evitar lesiones. Lo noto y me alegra.

Un etíope como usted puede ser campeón olímpico.
Al final, por mucho que tenga genes etíopes, mi vida la he hecho aquí. Sigo teniendo dificultades cuando voy a entrenar a la altitud. Mi cuerpo se ha adaptado al estilo de vida español, a sus costumbres, a su alimentación. Debo soñar en grande pero no sé si tan grande. Solo estuve cinco o seis años en Etiopía. Fui adoptado en 2004.

Publicidad
Compartir
Publicado por
Alfredo Varona